Sin demasiadas herramientas los abogados defensores de los represores deberán alegar. La semana pasada, los querellantes y el fiscal fueron contundentes al exigir prisión perpetua en cárcel común para los genocidas. Mañana se conocerá la sentencia.
A diferencia de jornadas anteriores la sala de audiencia no estará colmada. Esto se debe a que los organismos de derechos humanos decidieron no escuchar los alegatos de los abogados defensores. Sin embargo habrá algunos familiares de víctimas del Proceso que consideran necesario estar ahí.
Después de que todos los querellantes y fiscal solicitaran la prisión perpetua en cárcel común por los aberrantes crímenes de lesa humanidad cometidos por estos genocidas, hoy a partir de las 8, los defensores intentarán que el cumplimiento de las condenas a Menéndez, Albornoz y Luis De Cándido, que se descartan serán prisión perpetua, sea en sus domicilios.
Los alegatos (cada abogado tiene dispone de dos horas) se ordenarán de acuerdo a la cantidad de imputaciones que tiene cada acusado. En primer lugar expondrá el defensor público oficial Ciro Lo Pinto y su codefensor Roberto Flores, quienes representan a Luis y Carlos De Cándido. El primero está acusado por homicidio, torturas, privación ilegítima de la libertad, todo en el marco de genocidio. Mientras que el otro por encubrimiento y usurpación de vivienda. Para éste, se solicitó cuatro años de prisión.
Luego alegará Ezequiel Avila Gallo (h), quien defiende al ‘tuerto’ Albornoz. Y por último, dará su alegato el abogado Horacio Guerinau, en defensa de Menéndez. Ambos acusados por violación ilegítima de la libertad, homicidio agravado, tortura seguida de muerte, asociación ilícita.
Al finalizar, los represores podrán hacer uso del derecho de expresar sus últimas palabras frente a los jueces Carlos Jiménez Montilla, Gabriel Casas y Josefina Curi, quienes darán a conocer la sentencia mañana a las 12.
La semana pasada, el fiscal Terraf, en su alegato pidió la máxima pena para los imputados, requirió expresamente al tribunal que los delitos que se investigan en la causa sean declarados como de "lesa humanidad que, además de ser imprescriptibles, respondían a un plan sistemático".
“¿Cuál es el límite de estos asesinos que secuestraron a una mujer con siete meses de embarazo y la patearon en la panza para torturarla?”, preguntó. Y añadió: “Fueron, son y serán un espanto la tortura seguida de muerte, pero también es un espanto que estos responsables pasen sus días de condena en casa o country. Deben pagar en cárcel común por respeto a los familiares y víctimas. Que vayan a cárcel común estas lacras de la sociedad”, disparó.
Sebastián Ganzburg
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