Hoy a las 9.30 continuará el juicio a los represores por la desaparición del ex senador Guillermo Vargas Aignasse. Se hará un careo en Palavecino, ex sindicalista y Cabral, ex juez de Instrucción militar por supuestas contradicciones del primero.
Además declarará el militar retirado Cerúsico.
El juicio oral contra los represores Antonio Bussi y Luciano Benjamín
Menéndez por la desaparición de Guillermo Vargas Aignasse pasó ayer a
un cuarto intermedio hasta hoy, a las 9.30, para concretar un careo
entre un ex sindicalista y un ex juez de Instrucción Militar.
El
tribunal tomó esa medida por supuestas contradicciones entre lo que
Juan Palavecino declaró ayer sobre lo que vio durante su detención en
la cárcel de Villa Urquiza (allí estuvo Vargas Aignasse) y lo que
consta en el acta de su testimonio ante el ex juez militar Roque
Cabral, tras la restauración de la democracia.
El último
testigo de la jornada desarrollada ayer fue Palavecino, ex secretario
general de la CGT Tucumán, quien dijo haber visto a Vargas Aignasse
torturado el 6 de abril de 1976, al día siguiente de su secuestro, y
que luego fue arrojado al dique El Cadillal.
Su declaración
fue puesta en duda por la defensa de los militares acusados, que sacó a
relucir otros testimonios luego desmentidos y actas firmadas ante el
juez militar Roque Cabral en 1985 cuyo contenido negó. Por este tema,
hoy, desde las 9.30, Palavecino y Cabral serán careados para determinar
la verdad de cada afirmación.
"Yo no sabía nada lo que
declaraba y él (Cabral) nunca me dijo que era juez. Me dijo que le
hiciera un favor para beneficiar a un amigo y yo siempre obré de buena
fe", aseguró Palavecino.
El ex sindicalista aseguró que
conoció a Vargas Aignasse a través de su andar político y que se veían
a diario. "Un día lo llevaron a la Brigada de Investigaciones (de la
Policía de Tucumán) y al reconocerme me contó que lo habían ’picaneado’
en la boca y en los testículos", señaló.
Reconoció que no
había hablado hasta ahora porque "tenía miedo", pero destacó que cambió
su postura porque "este tribunal me da seguridad". Durante la ronda
testimonial de ayer se produjo un altercado cuando se leyó un anónimo
que fue agregado al expediente del caso y vincula al militar retirado
Ernesto Chávez con el caso de Vargas Aignasse.
Chávez, mayor
retirado del Ejército, es actualmente esposo de Marta Cárdenas, viuda
de Vargas Aignasse, quien criticó a los gritos que se haya leído la
nota ya que sacaba a la luz temas de su vida privada.
Una las
hijas de la mujer lloró presa de los nervios y se produjo un alboroto
hasta que el presidente del tribunal, Gabriel Casas, ordenó el retiro
de una persona de la sala y retornó la calma.
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