En la madrugada del 24 de marzo de 1976 una oscuridad física, mental y emocional se instaló en el Jardín de la República. La soberbia se apropió de la provincia para abusar con impunidad y violencia.
Años después el manto oscuro comenzó a correr para que la Memoria, Verdad y Justicia ponga una luz de esperanza en muchos ciudadanos.
Con los votos de quiénes decían, en medio de la oscuridad, “por algo será”, “algo habrán hecho” uno de los más tristes personaje de la historia provincial, entró en el sistema que durante años buscó destruir. Esa democracia que lo cobijó, lo llevó a querer ordenar como en sus tiempos más añorados... y no pudo. El pueblo poco a poco recuperó la memoria y el buscador de excelencias se fue sin reconocer su derrota con la verdad.
Tuvo la oportunidad que él no dio, pero su accionar no le permitió “recuperar” su dignidad. Lloró, mintió, gritó, y no supo decir perdón.
Hoy la luz comenzó a llegar a miles de tucumanos que durante años vivieron agobiados con la sombra de esa oscuridad instalada en aquella madrugada del 24 de Marzo de 1976.
La memoria, verdad y justicia comenzaron a brillar en esta provincia.
Daniel A. Villalba
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