De Marchi, ex militar está imputado por secuestro, torturas y desaparición de al menos 15 militantes políticos y sociales. El represor es ahora directivo de la Sociedad Rural correntina. En el 76-77 fue jefe de inteligencia del Regimiento 9 de infantería. En este marco una hija de desaparecido, redactó una carta a De Marchi (h). A Continuación la epístola.
Después, en el año
´77, se produjo el momento más difícil que nos
tocó vivir en nuestras vidas: el secuestro de papá. En
ese operativo también participó tu papá. Y el
hecho que haya estado vestido de fagina o de civil no es un eximente
de sus responsabilidades. Fue parte del horror, la tortura, las
vejaciones más terribles y fue parte conciente del accionar
represivo del Estado, lo que no tuvo nada de heroico ni fueron actos
de obediencia debida.
Leyendo la carta que
escribiste me doy cuenta de algo bastante importante. Contás
el estado del proceso judicial en el que está imputado tu
padre con otros represores, contás los artilugios que usa su
defensa (juicios políticos, querellas a jueces y diatribas
varias). Decís que es un “preso político”
(aprovecho y te aclaro que no está preso por tener tal o cual
ideología sino por hechos delictivos gravísimos que lo
tuvieron como protagonista). En esa carta se dicen muchas cosas, pero
lo único que no se dice de modo claro y concreto es una sola
palabra: INOCENTE. Y eso es así porque, no solo vos, yo, el
propio Cap. Demarchi, sino todo el conjunto de la comunidad sabe que
tu papá estuvo ahí, participó, torturó y
tiene en sus manos sangre de gente inocente. Se sabe. Ahora llegó
el momento que la justicia salga del letargo de treinta años
y, con todas las garantías y derechos que no tuvieron las
víctimas de la represión, tu papá y los demás
represores sean juzgados por los crímenes de lesa humanidad
que se cometieron.
Como despedida dejo para
la reflexión el siguiente párrafo que tiene como
protagonista a la hija de otro represor: “El torturador Valentín
Milton Pretti murió enloquecido y solo a los 68 años,
poco antes de ser detenido por el secuestro de niños nacidos
en las cárceles de la dictadura argentina (1976-1983). “Una
de las últimas veces que hablamos empezó a contarme que
había matado a un niño, y yo pensé que después
de haberlo matado me habría acariciado a mí o a mis
hermanos", declaró su hija Rita, de 37 años. Hace
dos años renunció al apellido paterno. “No soy la
hija de un loco, sino la hija de un policía que fue formado
por un Estado que es responsable de lo que ocurrió y que
permitió que mi padre siguiera en libertad y que no haya
pagado por lo que hizo", cita hecha por periodista Vicente
Romero en la presentación del libro El alma de los verdugos
(editorial RBA). Marin
Se dice –con razón-,
que los hijos no cargan con las culpas de los padres, a menos que
quieran hacerlo, habría que agregar.
Sólo la VERDAD y la JUSTICIA nos permitirán cerrar las heridas que dejó ese pasado atroz. VERDAD y JUSTICIA, eso pido yo. Y vos?
Araceli Ferreyra (h)
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