Escrito por Caro Savino, Licenciada en Ciencias de la Comunicación (contratada en la Universidad Nacional de Río Cuarto.
La profesional hizo circular un mail en el que ofrece detalles hasta ahora desconocidos de las explosiones y sus consecuencias.
Hola compañeros: ¿cómo están? Les escribo para contarles lo que paso en la Universidad Nacional de Río Cuarto, donde la mayoría saben que trabajo.Hoy mi amiga Cecilia de México me pregunto quiénes saben y qué saben. Y ahí reaccione que es necesario contarlo. No sé qué está saliendo por los medios. Ni me importa, hace rato dejé de tenerlos en cuanta. Lo que les relato es parte de lo que sentimos y vivimos quienes estuvimos ahí. Porque ayer se murió Juan, porque estamos esperando que en cuestión de horas nos avisen de la muerte del resto de los compañeros heridos que están internados en Córdoba. Porque la mayoría se van a morir (los médicos dicen que las quemaduras con hexanos son las peores). Porque pudimos ser nosotros.
El hexano es un hidrocarburo altamente inflamable que dicen que no puede ser manipulado en lugares cerrados. En la Planta Piloto de la UNRC (que es donde se llevan a cabo los procesos industriales de una materia prima, en este caso la extracción de aceites vegetales por solvente) había 20 tachos de hexano. Sólo explotaron 4. Sino hoy no les cuento ésto yo.Y ahí comienza la historia.
El miércoles a las 10 de la mañana cada uno estábamos en las tareas habituales hasta que escuchamos una serie de explosiones (creo que tres) y ahí empezó el caos. La gente que corría y gritaban "¡Corran que volamos todos!", "¡explota la Planta Piloto!". Ahí sólo tengo recuerdos como fotos: yo que vuelvo a mi oficina (estaba en otra), agarro mi cámara de fotos
(instinto puro porque ni lo pensé) y a Andrea, una compañera discapacitada que trabaja conmigo, y a correr y correr. Y darte vuelta y ver mucho humo negro y denso. Y los gritos, y las mamás con sus bebes en brazos envueltos para que no les llegue el humo, y otras mamás y papás corriendo desesperados hasta el jardín maternal a buscar a sus niños (el jardín que esta a metros de la planta piloto). La desesperación era correr y sentir que podía explotar todo debajo de nuestros pies.
Ahí me subo a un auto. Y llegamos a la puerta y ver las ambulancias con los quemados. Y aparecer en la casa de mis padres con Andrea.Y no sé. eso fue ese día. Después llorar y agradecer haber zafado. Y volver a llorar por los heridos. Y un cansancio grande. Y luego viene la bronca.Y más bronca al saber que ayer murió Juan. Y ahí empezamos a atar pedacitos
de relatos y a reconstruir lo que nos paso. Y más bronca.
Juan Politano era un estudiante de Ingeniería Química de 21 años que estaba en la Planta Piloto. Aparentemente uno de los tubos de hexano se zafó de una grúa y al ser tan inflamable cayó y comenzó el fuego y las explosiones en cadena. Juan recibió la orden de salir y salió junto a otro compañero. Pero Juan volvió porque recordó una llave de gas abierta. Y volvió a cerrarla porque sino volábamos todos. Y Juan encontró la muerte para salvarnos al resto Su padre cuenta que Juan participaba de una investigación peligrosa de carácter secreto. "Mi hijo me dijo que hacía dos meses lo habían invitado a participar de un equipo de investigación que trabajaba en un proyecto secreto sobre combustibles y la investigación estaba subvencionada por una empresa extranjera".
Venden la universidad, venden las investigaciones al extranjero, a los poderosos de acá (porque también dicen que estaba involucrada la empresa belga llamada DE SMET, una multinacional con presencia en 148 países. Se encontraron los protocolos de trabajo). TODOS LOS RESPONSABLES DE CONDUCIR LA UNIVERSIDAD LO NIEGAN. NINGUNO SABE NADA.
Hay otros nueve compañeros heridos de gravedad con más del 30% de quemadura de la superficie corporal. Es muy probable que la mayoría muera. El hexano es letal. Hay otros 10 heridos de menor gravedad. Y estamos el resto. los que corrimos, los que sentimos que zafamos. Tenemos sensaciones encontradas, la bronca a flor de piel. Y la pregunta de ¿POR QUÉ? ¿Porqué tan cerca nuestro, por qué exponernos de esa manera? ¿Porqué no aprendemos decir NO a quienes exigen que se investigue a costa de lo que sea, a olvidarnos de nuestra condición humana con tal de investigar, producir, posgraduarse, publicar, trabajar en pésimas condiciones y correr y competir? Se supone "la Universidad debe estimular la participación de los miembros de la comunidad en favor de la vida, la paz, la democracia y los valores de la libertad".
Y están las autoridades: NINGUNA pidió perdón por lo que pasó, ninguno presentó la renuncia. Todos dicen no saber. Ni siquiera piden perdón por no saber. Implícitamente pretenden responsabilizar a los heridos. En la Universidad nada se compra (ni un puto cartucho de tinta) sin que se hagan miles de trámites burocráticos. Y ahora dicen no saber que había 20 tachos de hexano.Ayer tuvimos una asamblea. Exigimos que se vayan, que se hagan cargo. No queremos entrar más a la universidad hasta que estemos a salvo. Porque lo del hexano fue una cosa. Pero ayer saltaron miles de otras situaciones de casi tanta peligrosidad potencial como lo que pasó. Por ejemplo, para quienes fueron al encuentro nacional saben que hay un anfiteatro hundido en el centro de la universidad (mi oficina esta arriba del mismo). Bueno, en los dos costados del anfiteatro están los laboratorios de Microbiología y Química con solventes y mecheros en pésimas condiciones, con mangueras podridas. Cuando se solicita cambiarlos dicen "NO HAY PRESUPUESTO".
Y bueno, chicos, sólo quería contarles en general lo que está pasando porque algunos me lo preguntan por Messenger o por teléfono y me pareció mejor compartirlo de una vez y a todos. En mi relato hay muchos "DICEN" porque está todo muy reciente.
Ahora nos queda la bronca, el juntarnos y el intentar que lo que le pasó a Juan, a los heridos y a nosotros no sea en vano. Y que todos, cada uno de nosotros en el ámbito que sea, aprendamos a decir NO si está en riesgo potencial nuestra vida o la de los compañeros. Uno cree que nunca le va a pasar. Hasta que pasa.
A las 14 tenemos una asamblea. Y voy con mis compañeros de acá y con cada uno de Uds., porque como dice el Negro Elias, "nos hacemos falta".
Los quiero. Los amo. Y hoy quería decírselos.
Caro Savino
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