Los presidentes sudamericanos acordaron este viernes en Guyana medidas concretas para afrontar intentos de golpe de estado, como la interrupción del comercio, bloqueo a vuelos, cierre de fronteras y cese de provisión de energía, en una cumbre en la que ratificaron enfáticamente el objetivo de la integración.
En la reunión en que Guyana, colonia británica hasta 1966, asumió la presidencia temporal del bloque, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) decidió continuar con consultas para nombrar al sucesor del ex presidente argentino Néstor Kirchner, quien murió el 27 de octubre, como secretario general.
Asimismo, reiteró el apoyo a la reclamación argentina de soberanía en las Islas Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña desde 1833, y resolvió que en adelante Buenos Aires será informado sobre el paso de embarcaciones cuyas actividades afecten sus derechos en su jurisdicción marítima, por ejemplo en la explotación de recursos naturales.
Esta reunión fue la despedida de Luiz Lula da Silva como presidente de Brasil, cargo que dejará el 31 de diciembre, aunque su colega venezolano, Hugo Chávez, habló de la posibilidad de una sesión extraordinaria a comienzos de diciembre en Mar del Plata, Argentina, en coincidencia con la cumbre iberoamericana.
Es posible que allí, dijo Chávez, los países de la Unasur lleven propuestas para designar al sucesor de Kirchner, elogiado extensamente hoy por Lula y también por Rafael Correa, que dio un informe de gestión al concluir su período como presidente temporal del bloque.
La reunión propició contactos bilaterales entre Colombia y Ecuador, que anunciaron la reanudación plena de relaciones, interrumpidas el primero de marzo de 2008 a raíz del ataque militar colombiano que violó la soberanía ecuatoriana, cuando bombardeó un campamento de las FARC en el que fueron muertas 26 personas, entre ellas el dirigente guerrillero Raúl Reyes.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, recibió múltiples expresiones de solidaridad por la muerte de su esposo, así como Lula fue receptor de abrazos extendidos y cariñosos de sus colegas, que lo aplaudieron calurosamente tras su último discurso en una cumbre ordinaria del foro.
El presidente brasileño defendió con énfasis el proyecto de unidad suramericana, desafió a sus colegas a avanzar en él y dijo que la región está en crecimiento gracias a gobiernos con políticas activas y "de inclusión", mientras otros países, que antes daban consejos a Latinoamérica, como recordó, ahora están en crisis y "ya no podrían atreverse a hacerlo".
Los presidentes adoptaron un protocolo democrático que enumera las medidas que adoptarán en caso de acciones de desestabilización como el que Correa sufrió en septiembre.
Las medidas habían sido anticipadas en una cumbre extraordinaria en Buenos Aires, convocada justamente por esa crisis, y hoy quedaron institucionalizadas.
Al respecto, Lula dijo que las democracias de la región "son realmente populares" pero aún así el protocolo "es fundamental para ahuyentar los riesgos de inestabilidad".
En el plano económico, Lula defendió el proyecto de integración diciendo que "ninguno de nuestros países será de verdad próspero sin que todos seamos prósperos".
Sobre el ex secretario general Kirchner, cuyo nombre será dado a la sede permanente de la Unasur en Quito, como anunció Correa, Lula dijo que será siempre una "fuente de inspiración superior" para los políticos de la región, pues "los sueños de él eran los sueños de todos los suramericanos".
Al recibir la presidencia temporal, el primer mandatario de Guyana, Bharrat Jagdeo, pidió que Suramérica actúe unida en todos los campos, políticos, económicos, comerciales, culturales y ambientales, y que la aplicación del protocolo democrático sea "incondicional".
Prometió el esfuerzo máximo para una gestión que su país jamás desempeñó, y agregó que cuenta con el apoyo y los "consejos" de sus socios para hacerlo. Antes, en su informe de gestión, Correa se quejó de que ciertas capas de las burocracias estatales no permiten la aplicación eficaz y rápida de las decisiones que adoptan en bloque los presidentes, y además reclamó avances en la aprobación del tratado constitutivo del bloque, que está pendiente en cuatro de los doce países.
Mencionó el caso de Uruguay, donde el jueves la derecha opositora se opuso a la sanción del tratado en el Senado, lo que habría dado a la cumbre la satisfacción de sesionar con su institucionalidad ya establecida, al llegar al número requerido de nueve países con ese paso completado.
Correa recordó que los gobiernos siguen enfrentando a corporaciones y grupos de poder que quieren desestabilizarlos y mencionó entre ellos a los grupos empresarios que concentran medios de difusión, que dijo pueden "difamar" a los gobernantes y, si éstos les replican, hablan de "ataque a la libertad de expresión".
También dijo que en Alemania rigen leyes y controles contra la apología del nazismo, se practican detenciones de periodistas por ese crimen y se cierran medios, todo lo cual "es llamado civilización", pero en tanto, cuando su colega boliviano, Evo Morales, propicia una ley contra la discriminación contra los indígenas, "eso es llamado ataque a la libertad de expresión".
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