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AMPLIAREl Santo pasó la prueba ante los mendocinos

San Martín ganó con lo justo, en un marco de público impresionante

En un partido poco vistoso, pero clave, los Santos ganarón 1-0 a Independiente Rivadavia de Mendoza. El predominio de los de Roldán fue absoluto a lo largo de los 90 minutos. Con este resultado San Martín sigue a sólo dos puntos de Belgrano, el puntero del certamen.

San Martín ganó merecidamente por la mínima diferencia

El estadio totalmente lleno, la cantidad de gente era impresionante, los gritos, trapos y las bandas estaban presentes en cada escalón. El repertorio coral fue variado a lo largo del partido los temas que sonaron fueron: “y vamos los santos…”, “..esta tarde tenemos que ganar…”, “vamos ciudade, vamos a volver…”, entre los mas conocidos. Los colores rojos y blancos decoraban hermosamente el estadio. La fiesta en las gradas era total.

Pero el espectáculo mayor de las tribunas, no pudo reflejarse en el campo de juego, si bien el Santo ganó, por la mínima diferencia, las falencias en la definición son muchas. La diferencias entre las 3 líneas, es un hecho. Los de abajo, juegan muy atentos, sin errores, al igual que el medio campo que siempre intenta jugar y llegar al arco rival, pero en la última línea hay falencias agudas que se deberán corregir en la semana, desde el enganche hasta los puntas, con excepción de Ibáñez que jugo un gran partido.

La primera llegada con peligro fue a los 17´ con una proyección de Gil por derecha para que Oviedo de cabeza, la ponga cerca del palo derecho de Vivaldo. Solo 1´ más tarde linda jugada de Morales por izquierda, llega al área grande, engancha y remata desviado, en vez de tocársela a Gil que venía solo por derecha.

A los 19´ llega la “lepra” por el sector izquierdo con Gómez, remata violentamente pero la pelota pega en la pared del arco. Iban 21´ Gil por derecha llega hasta el fondo en velocidad, engancha, remata fuerte, pero desviado. A los 32´ gran jugada de Oviedo,  por izquierda, el esférico le llegaba por lo alto, con un toque pasa a la marca, arranca en velocidad pasa el área grande, le pega, pero el chanfle falló y el balón termina yéndose por línea de fondo.

Transcurría 43´ centro por derecha del Ratón luego de una buena jugada asociada entre Cantero, Gil que manda el centro para Romano, cabecea solo pero desviado. Terminando la primera etapa, toque y toque entre Cantero-Ibáñez-Gil, el 8 manda el centro por ras del piso para Oviedo que remata débilmente desperdiciando una gran chance de gol.

Así se iban los primeros 45´ con clara supremacía del local. La visita jugaba para el empate, de contra, con doble línea de 4. El partido se hacía trabado y poco vistoso.

Solamente pasaron 3´ de la segunda etapa, Ibáñez se escapaba por derecha, centro, rechaza la defensa azul, le queda a Cantero, fuera del área, y pegándole desviado por arriba. Iban 9´ jugada asociada entre Oviedo e Ibáñez, el 11 manda un centro por lo bajo al centro del área donde estaba el Ratón, la paró, lo vio a Vivaldo y definió con mucha categoría al palo mas lejano del 1, poniendo el 1-0, merecido por lo que mostraban los de Roldán que eran los únicos que propinan juego.

A los 13´ Serrano para Ibáñez que manda el centro y “por un puchito de cigarro” no llega Morales. 1´ más tarde llegaba la “Lepra” con Ledesma que le pega desde afuera desviado. A los 21´ nuevamente la vista, esta vez con un centro de Torres que no termina bien. Promediaba la mitad de la segunda etapa cuando Sialle decide hacer un cambio de esquema, pasando del 4-4-2 a uno más ofensivo 3-4-1-2, cosa que no se reflejo en lo que quedaba del cotejo.

De esta manera se iba el encuentro, como a esas alturas no haba diversión al apreciar el juego, algo mas entretenido surgió en la platea, porque algunos fanáticos intercambiaban gestos, insultos y salivazos con el banco mendocino, realmente muy cómico, si tenemos en cuenta las caras totalmente coloradas por la ofuscación gracias a los gestos de los jugadores azules.

La última, fue sobre el final, luego de una contra encabezada por Ibáñez, llega hasta el final se la toca atrás a Cantero que define por lo bajo, pero Vivaledo se queda con la número 5, para el pitazo final de árbitro, que tubo buen trabajo, sin repercusiones.

San Martín ganó por la concentración y madures, sin embargo es fundamental que en la semana se trabaje fuertemente con los delanteros que no le agarran la mano al Torneo. Morales juega más para las tribunas que para el equipo. Justo resultado porque sin ser mucho más, el Santo mereció el triunfo.

Sebastián Ganzburg