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AMPLIARLos marplatenses sufrieron pánico escénico

Al Santo le bastó un gol para pasar a Aldosivi

Un gran marco de público acompañó a San Martín que de local derrotó al equipo marplatense por la mínima diferencia. A los 41 minutos un remate de Romano fuera del área sorprendió a Campodónico luego de desviarse en uno de sus compañeros. En el segundo tiempo el frío se apoderó del partido con Aldosivi sin encontrar el camino del empate.

El equipo de Roldán quedó a uno de la punta y lo acompañan con 12 puntos Quilmes y Rafaela.

Tarde gris de garúa y un gran marco de público fueron el contexto del partido en Ciudadela. La lluvia paró al comienzo del partido y el frío ni se sintió en el  estadio colmado de hinchas impacientes por gritar goles y ver a su equipo ganar. La postal era imponente. Lleno total y algunos quedaron afuera, como siempre pasa en San Martín.

Los colores rojo y blanco resplandecían enormemente. Sale el equipo a la cancha el estadio explota en gritos y alegría, papelitos, y muchísimos trapos potencian el escenario excepcional en la tarde Tucumana. Y no era para menos... el Santo estaba en la cancha.

Sin mebargo, durante los noventa minutos del partido no se vio buen fútbol, con excepción de algunas jugadas aisladas, sobre todo en el segundo tiempo. La primera mitad estuvo surcada  de impresiones y remates sin ningún tipo de importancia. Recién a los 17´ se produce la primera llegada colectiva, entre Romano, Gil y Morales, que termina en las manos del gran arquero Campodónico. Veinte minutos  transcurrían cuando Morales aparece por el medio, le sale el arquero, y el 9 se demora en patear, desperdiciando una buena chance. Iban 25´ cuando se produce una jugada curiosa por el lateral derecho, Gil le pega por lo bajo, ataja Campodonico, aparece Ibáñez para rematar pero cae al piso, lo cual hizo exaltar a todo el estadio reclamando penal, pero Ferreira cerca de la jugada, amonesta al 7 por simulación.

Recién a los 30´ llega el Tiburón de la mano de Elvio Martinez, pero sin inquietar el arco local. Hasta aquí era un partido trabado en mitad de cancha sin dominio de ninguno de los dos equipos. La clave en el conjunto de Roldán estaba por el sector derecho. A los 41´ aparece una gran asociación entre Serrano-Gil, el 6 manda el centro y por muy poco Morales no logró concretar. 2´ más tarde, otra vez por la derecha, “J.J.” consigue el balón en mitad de cancha, se la toca a Ibáñez que iba por Derecha, manda el centro y Romano desde la media luna remata al ras del piso, la pelota pega en el pie de un defensor de Aldosivi y termina sobrando a Campodónico.

Por fin llegó el gol. La hinchada explotó de pasión, los gritos y cánticos eran ensordecedores, increíble, el coro de fondo entre tanta algarabía decía “Ciudadela es un sentimiento…”. De ésta manera San Martín se iba al descanso con un gol a favor, cuando parecía que el 0-0 era inevitable.

En el segundo tiempo, no pasó demasiado, a excepción de los últimos minutos que resultaron ser muy emotivos. En 15´ Aldosivi llegó tres veces. A los 7´ un centro de Zarate cuyo destino fue el arco fue rechazado por Caffa. 13´ Diego Martínez, remata se desvía en Krikorian y a los 14´ cerca de la media luna remata sin profundidad el 10 Tiburón. 20´ otra vez Martínez cabecea por arriba del travesaño. 21´ Leclercq remata cerca del palo izquierdo del “1” Santo. A los 23´ un tiro libre de Gil por el sector derecho pasa cerca del palo más cercano de Campodonico.

Promediando la media hora, con el ingreso de López por Romano los locales adquieren algo más de movilidad y certeza en el campo contrario. 33´ cuando luego de un corner, duda Caffa, le queda a Leclercq en el área chica, increíblemente la pelota sale cerca del palo izquierdo del arquero. Faltaban cinco para el final, gran jugada, Lopez por el medio lo ve a Gil por derecha pero el gran Campódonico rechaza el remate.

A esa altura la hinchada era puro aliento al ritmo de “Ciruja me voy a morir…” o  “vamos a volver…vamos ciudade…” de ésta manera se iba el partido. San Martín ganó 1-0, sufriendo enormemente sin sentido, esperó mucho al rival en la segunda parte y la gente casi se muere de los nervios.

Sebastián Ganzburg