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El partido que yo vi , escribe Daniel A. Villalba

El espectáculo solo estuvo en las tribunas. San Martín y Aldosovi cumplieron una fecha más del torneo. El resultado favoreció a los locales que con gol de de Diego Romano se impusieron 1 a 0.

Un partido a pura estrategia. El fútbol como sucede en casi todos los cotejos del Nacional B, estuvo ausente. San Martín arrancó como para comerse al equipo de Julio Toresani.

No pudo y no supo. Faltó el atrevimiento, la fantasía, el jugador distinto, la trasgresión, alguien que se rebelara a la rigidez de aquellas órdenes que amordazaron el divertimento. Esto hizo que Karanicola y Akemeier ídolos del pasado santo, presentes ayer, se sonrojaran  ante el pobre espectáculo futbolístico observado. Claro no es que busque, en esta época, el purismo en el fútbol. Pero la tarde gris, la lluvia previa, el frío , todo invitaba a un bar a degustar el café y la lectura, pero las obligaciones laborales están primero que los placeres y La Ciudadela me tuvo mezclado entre los casi 20 mil hinchas que desafiaron toda las inclemencias climáticas poblando las tribunas, calentado la tarde con el constante  apoyo al club de sus pasiones.

Con disculpas a los que se vistieron de jugadores, en el triunfo santo tuvo mucho que ver el aliento que bajaba de las tribunas. En los últimos minutos del partido sólo el empuje de los simpatizantes  impidió el empate de Aldosivi.

El equipo de Toresani mostró orden, concentración, buenas intenciones futbolísticas. No se preparó contra lo imprevisible, como  el envío de Romano que luego de pegar en el pie de Oreja elevó la pelota por sobre Campodónico y se convirtió en gol.

Para la estadística muy buen resultado el conseguido por el equipo de Roldán. En lo futbolístico preocupa lo hecho por San Martín en el segundo tiempo. No fue un triunfo claro.

Daniel A. Villalba