09/09/2007 - Argentino A
El partido que yo ví, escribe Daniel A. Villalba
Atlético Tucumán fue más pero perdió dos puntos. Luján de Cuyo fue menos y ganó un punto. Los espectadores, cerca de 17 mil, llegaron eufóricos pero se fueron masticando rabia.
Insoportables el calor, las filas para comprar las entradas , el precio de estas y algunos momentos del partido Muchas quejas de los simpatizantes decanos.
Con camisetas violetas, nombres pocos conocidos, salvo el del técnico Domizzi (muy buen alumno de Bilardo) y gran humildad, Luján de Cuyo llegó al Monumental solo pensando en no perder . No hizo nada por los tres puntos, pero trabajo muchísimo por conservar el empate. Jugó concentrado en todas sus líneas, destruyó con foules tácticos y técnicos los intentos de los locales. Hizo un partido mediocre, pero no se salió del libreto.
Atlético puso un equipo más ofensivo, acordándose de lo difícil que fue concretar en el partido con La Florida. Sacó a Pablo Hernández, que ayuda y mucho a Sarría, y salió con dos puntas. Pero se encontró con un vallado de jugadores rivales que obstruían y destruían todo intento de jugar. Una pena que no usaron mejor, el excelente campo de juego del Monumental. Pero el fútbol moderno es así, mucha destrucción y poca creación, y los mendocinos cumplieron fielmente esa horrible premisa.
A pesar de todo, los decanos intentaron realizar el juego encomendado por el Indio Solari. No salía una. En el entretiempo, Solari que leyó bien el primer período pidió a sus jugadores, que intenten por afuera y a ras del piso. Ramírez Silva , Leva y Maradona ( mucho apellido para tanta ingenuidad futbolística) le dieron más velocidad al tránsito por el medio e intentaron desbordar con habilidad. Así llegó el gol de Leva. Pero Atlético no supo consolidar el triunfo. Lujan dejó el esquema ultradefensivo y buscó el empate, que llegó por una desconcentración en los centrales decanos, que ya habían sufrido algunos sofocones en el área, en dos oportunidades de una misma jugada, cuando disparó el delantero visitante e Ischuk dio el rebote y cuando Zbrun marcó el empate.
Un encuentro favorable a los tucumanos en los antecedentes, en el plantel y en el trámite. Pero los triunfos llegan por conversiones en el arco rival y no por merecimientos.
Daniel A. Villalba