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Benjamín Menéndez se abstuvo de declarar ante la justicia riojana

Fue en el marco de la causa que investiga los crímenes de los religiosos Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, en julio de 1976 en la localidad de Chamical.

El represor ya había sido indagado el año pasado, cuando se negó a declarar por otros dos asesinatos.

El represor Luciano Benjamín Menéndez se abstuvo de declarar ante la justicia federal de La Rioja en la causa que investiga los crímenes de los religiosos Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, ocurridos en julio de 1976 en la localidad de Chamical, informó hoy el fiscal federal Horacio Salman.

Asistido por su abogado Horacio Conesa, Menéndez fue trasladado hoy desde su actual lugar de detención, en la provincia de Córdoba, hasta la sede del juzgado federal riojano a cargo del juez subrogante Daniel Herrera Piedrabuena.

El ex militar salió de la sede judicial en el interior de un rodado fuertemente custodiado y recibió el repudio de representantes de organismos de derechos humanos y partidos políticos que lanzaron huevos sobre el automóvil.

Menéndez ya había sido indagado por la justicia federal de La Rioja el 16 de mayo del año pasado, cuando se negó a declarar en la causa que investiga los asesinatos de Wenceslao Pedernera, un laico allegado al ex obispo Enrique Angelelli y del conscripto Roberto Nicolás Villafañe, crímenes ocurridos también durante la dictadura militar.

Monseñor Angelelli fue muerto cuando regresaba de los funerales de los curas Murias y Longueville, aunque en ese momento se pretendió simular un accidente automovilístico en la ruta nacional 38.

El ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército está imputado en varias causas como jefe responsable de la masacre de decenas de personas a manos de fuerzas paramilitares y parapoliciales.

En la noche del 18 de julio de 1976, los padres Gabriel Longueville y Carlos Dios Murias fueron secuestrados por civiles armados que se identificaron como miembros de la Policía Federal en la localidad de Chamical, La Rioja.

Al día siguiente, sus cuerpos, con claros signos de tortura, fueron encontrados a 5 kilómetros de Chamical, tirados al lado de la vía.