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AMPLIARGARCIA PINTOS, SERRANO Y WEXLER. UN CONFLICTO PUERTAS ADENTR

Chúmbale: entre el naturalismo y el grotesco criollo

Obra del genial Oscar Viale. Chúmbale era el nombre con el cual el amo, tiempo atrás, le decía al perro que ataque. Los gritos y tensión se apreciarán a lo largo del texto. Una obra realista, entretenida y cotidianamente argentina.

Excelentes actuaciones.

Con marcado tinte naturalista la obra se desarrolla en una casa humilde y super poblada. Un cafetero (Alejo García Pintos) que vive con su mujer (Eleonora Wexler), una señora absolutamente posesiva, se trenza con su suegro (Roly Serrano) en una lucha, que quizás sea, de clases. Generada por el absurdo hecho de querer pintar su dormitorio.

El autoritario dueño del hogar se ofusca ante, tan “impertinente” decisión. Intervendrán en la pelea, la suegra del cafetero (Graciela Pal) la típica vieja que hecha cada vez más leña al fuego. No se quedará atrás la cuñada (Silvina Bosco), la más coherente de todas, tiempo atrás se separó de su marido porque el tipo no supo ponerse firme ante el déspota del padre. Por último, el cuñando (Marcelo Mininno) un patético policía, joven y despiadado.

La cotidianidad en la convivencia de un hogar argentino marcan el desarrollo de la obra. Si bien comienza con una clara estética naturalista, a medida que transcurren las escenas, los sucesos harán reír al espectador. De esta manera el grotesco criollo se mezcla con la estética antes mencionada.

El cafetero quiere pintar su casa porque considera que "la propiedad no existe" (como afirmaba ese "pensador que no recuerdo el nombre", dice el personaje"). El suegro se siente dueño y amo del lugar, semejante concepto de su yerno lo supera. Así se dará una lucha entre dictador y rebelde. La esposa del segundo lo apoya a medias, la cuñada es incondicional, la suegra está con el suegro y el cana inserto en su mundo de corrupción.

A pesar de lo extensa de la obra, las excelentes actuaciones la hacen amena. El escenario está compuesto, a la izquierda, por la habitación matrmonial, en la cual todos entran. A la derecha, el comedor. Como las personalidades (suegro-yerno), el lugar está polarmente dividido. El vestuario tampoco puede desmerecerse. Resalta el preciso trabajo de dirección de Santiago Doria.

Sebastián Ganzburg

sebaganzburg@gmail.com