San Pablo, el estado más grande y populoso de Brasil, además del más afectado por la pandemia de coronavirus, encontró en flagrante delito a 6700 personas que participaban en fiestas clandestinas o asistían a bares abiertos ilegalmente en las últimas dos semanas.
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Once locales fueron sometidos a secuestro y multados.
Un decreto estadual estableció que entre el 25 y el 27 de diciembre, y entre el 1 y el 3 de enero, funcionarían solo las actividades esenciales, debiendo cerrar negocios, bares y restaurantes.
Durante este período, el estado se hallaba en la fase "roja" del plan de prevención local contra el coronavirus.
Una fuerza con agentes del gobierno municipal y estadual efectuó inspecciones en las últimas dos semanas en 52 locales denunciados por violación a las normas sobre bioseguridad.
Durante Año Nuevo, además, se hallaron unas 600 personas en fiestas ilegales, que llevaron al secuestro de cuatro locales.
En Navidad, las operaciones de policía ya habían dispersado a más de 6000 personas y prohibido cuatro bares y tres discotecas, además de interrumpir una fiesta de música funk en Cidade Tiradentes, barrio de la periferia este de la capital.
Por otra parte, ayer se confirmaron los dos primeros casos de una nueva variante más contagiosa del coronavirus que se detectó por primera vez en Reino Unido, dijo el lunes la Secretaría de Salud del estado de Sao Paulo.
Una de las personas infectadas fue una mujer de 25 años de la ciudad de Sao Paulo que tuvo contacto con viajeros que habían estado en Gran Bretaña, según un comunicado del gobierno regional. El paciente restante era otro residente de Sao Paulo, un hombre de 34 años que tuvo contacto con ella.
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