Se consolida en la cima de la tabla. Es solvente y efectivo. Ayer le ganó por 3-0 a Talleres de Córdoba ante un marco de público impactante. Anotaron Leone, Acosta Cabrera y Ibáñez. San Martín fue claramente superior ante un rival que vino a aguantar el partido.
Con este resultado los de la Ciudadela consiguieron 52 unidades.
No era un partido fácil. Talleres necesitaba los puntos para escaparle a la promoción. San Martín como puntero y lejos, el mejor de la categoría, jugaba de local, siendo el principal candidato a quedarse con los puntos. Pese a la lluvia la hinchada estuvo como siempre, impactante.
La primera etapa no fue para nada entretenida. El partido estaba muy trabado. Talleres por momentos marcaba hombre a hombre. Pero el show estaba en las tribunas y en el banco de suplentes de la T. Porque Comizzo parecía estar más cerca de Piñon Fijo que de Pasarella. Estaba enloquecido.
El Santo llegó en tres oportunidades, pero sin claridad. Los tallarines tuvieron 2 chances concretas, sin embargo no lograron meterla. Brandán cumplió, pero le faltó decisión. Oviedo estaba en otro partido. Cantero y Leone la peleaban todas. El más peligroso de la visita fue Borghello que salió al término de la primera etapa.
En la segunda mitad la cosa cambió rotundamente. Los de Roldán salieron decididos a morfar spagetti, mejor dicho tallarín. Y a los 14 minutos Cantero se mandó por el sector derecho como si fuera ocho. Llegó hasta el final, tiró el centro, la rechazaron los centrales, le quedó a Leone cerca de la media luna y metió un zapatazo violentísimo a media altura, un hermoso gol. La hinchada deliraba. “Sí, sí señores yo soy...”. Una imagen cinematográfica.
La apertura del marcador despertó a los de Comizzo. Viveros se tiró más de enganche intentando meter a San Martín en su propio campo, casi lo logra. Pero a los 21 minutos, Romano se la robó a Basualdo. Salió jugando con maestría desde la izquierda, cambió de punta. Luego de 5 toques, Brandán se la puso en profundidad al Ratón, levantó la cabeza, lo vio al 9 que entraba solo por el otro sector. Se la tiró por lo bajo y Acosta Cabrera cayéndose la mandó a guardar. Duquesa y ya se escuchaba el “vamo ciudade...”.
Totalmente desarticulado la visita no lo podía creer. Menos aun, cuando a los 29 minutos el Ratón le pegó desde afuera, cerca del vértice izquierdo del área grande y con la complicidad de Brasca, no se sabe, si le falló el chanfle o pensó que Ibáñez iba a tirar el centro, la cosa es que el 7 metió un golaso para anotar el 3-0 final.
Con el partido en estas condiciones, El Santo lo manejaba a su antojo. Comizzo dejó de ser Piñón Fijo y se convirtió en un triste espectador. La tribuna, una verdadera fiesta.
Podrían haber sido 4, pero Fernández que había ingresado en lugar de Acosta Cabrerar, hizo la individual en lugar de habilitar al Ratón que entraba solo por la derecha. Sobre el final, Maidana salió expulsado tras una falta al autor del tercero, luego de que este eludió a tres cordobeces.
De esta manera el Santo volvió a demostrar ser el mejor de la categoría. La figura fue todo el equipo que con gran trabajo colectivo superan a cuanto rival se le interponga.
Sebastián Ganzburg
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