Una de las preguntas que más resuena por estos días, es cómo hizo José Alperovich para acumular tanto poder y lograr hacer desaparecer incertidumbres electorales en su camino por la reelección. En tanto, la oposición ha sido incapaz de ofrecerse como alternativa ante los ciudadanos. Escribe Marcelo E. Torres, para TucumánHoy.com.
El cuidado y la custodia de los bienes públicos es responsabilidad tanto de los que administran como de los que deben controlarlos.
Por supuesto, están las respuestas conocidas, el manejo de fondos públicos, del aparato estatal, los medios de comunicación coptados, etc. Pero quiero dedicar este espacio a un factor que es poco o nada mencionado y que sin el cual, estimo, es imposible construir todo lo que hoy ostenta el Gobernador.
Esto de lo que hablo, son las “responsabilidades compartidas”, que no son otra cosa que la incapacidad de la oposición, para lograr Mostrar una imagen que los identifique con los ciudadanos y desde allí, transformarse en alternativas de poder.
Si a todo esto, sumamos el oportunismo de Alperovich para acercarse a un ente cuya naturaleza es el poder para “hacer” (como lo es el peronismo), tendremos todos los ingredientes mezclados en una justa proporción.
El peronismo no condiciona por sí solo
En algunos espacios se le sigue endilgando al peronismo, los males provocados por los deficientes sistemas electorales que supimos tener en Tucumán. Difiero abiertamente de esta postura, para argumentar, traigo a la memoria, que la ley de lemas, fue una propuesta del radicalismo y que el acople de nuestros días, no sería posible, si no hubiese intermediado la reforma constitucional; ley que se le facilitó al oficialismo gracias al aporte de los votos radicales y del representante de RECREAR.
También se me hace caprichoso traer a la mesa, el hecho de que el punto que negoció el radicalismo, para aprobar la ley de reforma, fue el de conservar las tres secciones electorales, con lo cual dudo mucho que dichas secciones hayan sido impuestas por el peronismo, para lograr una supremacía parlamentaria sobre la sección que históricamente le fue adversa (San Miguel de Tucumán).
Creo que lo que si es incuestionable, es la capacidad de adaptación del peronismo, a las normas, con el objetivo claro de la consecución del poder. Esto en las ciencias políticas se denomina “vocación de poder” y no posee juicio de valor en sí misma, sino que se analiza como una característica de los actores y se relaciona con el uso coyuntural que se le da a dicho poder.Asimismo, esa capacidad de adaptación o transformación, que ostenta el peronismo, es parte de su naturaleza y no se trata de una crisis de identidad. El peronismo nació en una coyuntura histórica, tanto internacional como nacional, de profundos cambios institucionales y sociales, de allí su característica revolucionaria y no conservadora. Por ello, termina siendo el peronismo, el mejor adaptado a la ley de lemas y pareciera ser el que mejor se adaptará al sistema del acople.
Es entendible que ocurridas las coyunturas y quedando siempre el peronismo como distribuidor del poder, se piense inocentemente, que el peronismo dicta las reglas de juego para su propia conveniencia.
Otras responsabilidades que deben compartirse
En estos días están cayendo delegados comunales, todos acusados a algo parecido a la malversación de fondos públicos o incumplimiento de los deberes de funcionario público.
La oposición se queda estática en la acusación hacia un Secretario de estado y trata de trasladarla hacia el mismo Gobernador, llegando a plantear argumentos tales como el de “…los delegados actúan en forma irresponsable, pues son apretados por las cúpulas, para desaparecer los fondos (roban para la corona)…”; aquí me pregunto de nuevo; ¿es tanta la falta de creatividad a la hora de buscar argumentos por parte de la oposición?; ¿recién se enteran los encargados de legislar la estructura del Estado y sus funciones, que existen organismos cuya función es sólo política y no cumplen más que un mínimo de actividad administrativa? Acaso entienden que el control legislativo sólo pasa por la denuncia y renuncian a la tarea de imaginar y desarrollar entes más eficientes, aún cuando los números no le alcancen en la actual gestión para imponer distintas voluntades?; ¿Abandonaron la idea de “calidad legislativa” a la hora de plantear proyectos superadores y sólo la relacionan con el acopio de pruebas en contra de los mandatarios de turno?
Existen dos comunas que rindieron todas sus boletas y mantienen los papeles y las cuentas al día. Los delegados de dichas comunas, no parecen haber respondido a los “aprietes” y tampoco parecen quejarse de que el PE no le envía fondos suficientes o que no le llegan planes de obras, o cosas por el estilo.
El Gobernador no demostró tener intenciones de negarles la reelección y los habitantes del pueblo que administran, no les reclaman mayor o mejor asistencia para con las cosas públicas. Así es, por supuesto que es responsabilidad del Gobernador, el control de sus delegados administradores, pero no se puede empezar a crear mártires en las figuras de los delegados. El correcto y transparente manejo de los fondos y del poder, son responsabilidad de todos los integrantes del sistema político, cada uno posee su cuota de responsabilidad y las culpas deben distribuirse de acuerdo a dichas cuotas; aunque quiero establecer una salvedad y es con respecto a las personas de los pueblos que se manifestaron y soportaron todo tipo de acusaciones, ellos cumplieron perfectamente el rol que el juego de la democracia libre les otorga, ellos reclamaron, fiscalizaron y asumieron el desafío de cuidar los intereses colectivos del pueblo, en fin, demostraron responsabilidad cívica y madurez democrática.
Las comunas antes mencionadas son administradas por peronistas y casualmente, la primera comuna intervenida, la administraba un referente de la juventud radical de la provincia. No digo que los peronistas sean honestos por el sólo hecho de ser peronistas, pero si digo que deshonestos y corruptos no son sólo los peronistas, es más, creo que la condición humana de virtudes y valores, hoy no está ligada a la pertenencia partidaria. No me enteré de ningún proyecto de ley, mi oficialista ni opositor, que trate sobre la creación de un fondo estímulo para aquellos que demuestren eficiencia y honestidad a la hora de administrar las cuestiones públicas. Si la oposición asegura que el PE, aprieta y presiona a los delegados, ¿es tan descabellado crear un sistema de premios que le otorgue cierta autonomía a dichos administradores?; aunque no se consiga la aprobación, no quedaría expuesta la arbitrariedad que la oposición, asegura, ostenta el oficialismo?; creo que lo que falta es creatividad, sinceridad y coherencia entre lo que se dice y se pretende.
Así es, las reglas del juego deficientes no son solo culpa del peronismo, la acumulación del poder en la figura de José Alperovich, no es producto de lo que únicamente él hace y las deficiencias del Estado no son sólo responsabilidad del Poder Ejecutivo de turno. Las responsabilidades nos incluyen a todos y los compromisos deben ser distribuidos en forma proporcional desde los que más pueden, hasta los más necesitados. No nos quedemos en la mediocridad de tirar las culpas hacia un solo sector o actor, recordemos que la frase “los pueblos tienen los gobernantes que se merecen o que se les parecen”, nos incluye a todos, oficialistas, opositores, comunicadores, empresarios, líderes sociales y ciudadanos.
Marcelo E. Torres, especial para TucumánHoy.com
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