Organizaciones de DDHH, políticas, sociales, estudiantiles, adolescentes y familias en general marcharon por el centro de la capital tucumana. La concentración fue en Junin y Santa Fe. El acto central se hizo en plaza Independencia. Fue escrachado Luis Edgardo Ocaranza, militar retirado.
La columna de personas de todas la edades y diversas ideologías abarcaba tres cuadras.
La concentración en la esquina de Santa Fe y Junin estaba programada a las 18. De a poco comenzaron a llegar grupos de diversas agrupaciones políticas, sociales y estudiantiles, al igual que ciudadanos comunes acompañados por sus hijos y familiares.
En el lugar se realizó “un señalamiento”, mediante una piedra de 1 tonelada, en la que distintos artistas realizarán sus tallados, para recordar que allí funcionó un Campo Clandestino de Detención.
A las 19 aproximadamente las 3.000 personas congregadas marcharon por Junin. Al llegar al edificio, ubicado en Junin 665, donde vive Luis Edgardo Ocaranza (quien cumplió funciones en el CCD "La Jefatura" que funcionó en el local de la Jefatura de Policía) realizaron un escrache pintando la vereda con grafitis que decían “genocida y asesino”.
Los archivos y legajos de la CONADEP y la Comisión Bicameral de Tucumán, señalan la responsabilidad de Ocaranza en el funcionamiento del aparato represivo durante la Dictadura Militar.
Se encuentra documentado el paso de 33 personas por la Jefatura durante el tiempo en que Ocaranza cumplió funciones como Interventor Militar, entre las cuales se encuentran tres mujeres denunciadas como embarazadas.
Luego del escrache, la multitud siguió por calle corrientes hasta 25 de mayo, finalizando con una vuelta en plaza Independencia. Se observaron banderas de Montoneros, ERP, PST, PO, MST, HIJOS, PC, PCR, CCC, entre las más relevantes.
Al llegar a la Catedral, mediante algunos cánticos acusaron a la institución clerical de ser cómplice del golpe de 1976 a través del silencio.
Posteriormente se leyó un documento unificado recordando los 32 años del Golpe Militar, exigiendo la aparición con vida de Julio López. Y el esclarecimiento del crimen de Fuentealba.
El acto fue realmente emotivo. Se recordó a los 30.000 desaparecidos que ayer más que nunca estuvieron presente a lo largo y ancho del país, donde las marchas también fueron igualmente multitudinarias.
Sebastián Ganzburg
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