Más de 10.000 personas coparon el Club Central Córdoba para presenciar al Salmón. El show fue magnífico. Las edades del público iban desde los 50 hasta el añito de vida. Tanto el montaje como el sonido tuvieron una calidad única.
Alternó entre temas clásicos y de la nueva placa, La lengua popular.
Hacía mucho tiempo que Tucumán no vivía una fiesta verdaderamente rockera. A diferencia de la gira Norte los que amamos esta música pudimos disfrutar de alguna cervecita, elixir fundamental en todo buen recital.
Las edades del público iban desde los 50 al añito de vida. Padres que fueron con sus hijos adolescentes. Padres más jóvenes con bebés. Grupos de pibas y pibes entre 20 a 30 años coreaban cada tema que interpretaba El Cantante.
Las parejitas tampoco faltaron a la cita. Si bien la mayor cantidad de gente pertenecía a la clase media, el chuchetaje tucumano se hizo presente, desde changuitas de 15 años producidas para ir a bailar hasta algunas/os improvisadas/os más grandecitos/as.
La pasión de Calamaro para cantar se escuchó nitidamente, gracias a la excelente calidad de sonido. Tres camiones llegaron de Buenos Aires con altos equipos. Tres pantallas gigantes arriba del escenario y otras dos a los costados lo decoraban.
La gente coreó los temas más conocidos, como “Tuyo siempre” o algún clásico como “Flaca”. También sonó “Costumbres Argentinas” de Los abuelos de la nada. “Los chicos”, tema de la última placa, se oyó en segundo lugar. “Al escuchar los chicos lloraba con un río de lágrimas en los ojos por la emoción”, comentó Juan, un joven de 24 años.
Cuando, el ídolo, invitó al escenario a dos integrantes de Bersuit dijo que “las chicas muestren las tetas para recibir a los Bersuit". Las amargas de siempre no lo hicieron. Una lástima porque la parcialidad femenina estaba infartante.
Al preguntarle al público por el espectáculo las respuestas fueron similares: “Una masa, la verdad increíble”, comentaba Micalea de 20 años. Sebastián de 25 dijo “sonó impresionante”.
El repertorio estuvo compuesto por temas de las placas, La lengua popular, El Salmón, Honestidad Brutal, El Cantante y Alta Suciedad. El tango también tuvo su lugar en la noche.
Cerca de la hora cuarentincinco de show Andrés se despidió y algunos improvisado poco habituados a un recital rockero comenzaron a irse. 2' más tarde, volvió al escenario para regalarnos 15' de la mejor música.
Gracias Andrés por tanta calidad y despliegue. El pueblo te lo agradece.
Sebastián Ganzburg
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