Se negaron a declarar los imputados en la megacausa Jefatura II–Arsenales II con total cinismo y refugiandose en la desmemoria, todos pretenden eludir responsabilidades, escribe Vicente Guzzi.
Hoy se comenzará a escuchar a los testigos, en una de esas, estos testimonios les ayuden a recuperar la memoria.
Sí. De cinismo y desmemoria hicieron gala los imputados que declararon en la sesión matutina de hoy, en el marco del juicio que se sigue por la megacausa “Jefatura de Policía II-Arsenales II”. Ninguno aceptó declarar sobre la veracidad de las acusaciones que pesan sobre cada uno de ellos, y al referirse a temas de su vida personal ninguno aceptó recordar las acciones perversas por las que fueron acusados.
Tal vez les haya faltado , por la lluvia que duró hasta media mañana, el estímulo callejero de los bombos y redoblantes de los pocos familiares que los acompañaron hasta ahora. Bastante ruidosos por cierto, en días anteriores reivindicaron a los represores, tratando de hacerlos aparecer como abuelitos buenos, víctimas de esta “dictadura democrática” -como afirman- que ha osado juzgar los crímenes de lesa humanidad cometidos por la desaparecedora y sangrienta dictadura iniciada en el ’76.
Una jornada tediosa la de esta mañana, en la que algunos de los veinte imputados trataron de manifestarse enfermos, otros evidenciaron discapacidades motrices, y todos rechazando tener apodos o alias, hasta el mismísimo “tuerto” Albornoz, que dijo desconocer haber sido apodado en sus tiempos de policía torturador. Todos, también, intentaron mostrarse como víctimas. Además, casi todos negaron su participación en el S.I.C. (Servicio de Informaciones Confidenciales), y manifestaron desconocer su existencia… El SIC, un organismo de triste recuerdo, fue coordinado por el retirado teniente coronel Luís Edgardo Ocaranza, uno de los olvidadizos declarantes de ayer.
Una particular nota pusieron los abogados defensores con sus chicanas, tratando de “embarrar la cancha” y de demorar al máximo el comienzo de las declaraciones de los más de 50 testigos sobrevivientes de los campos de concentración, y las declaraciones de los familiares de las más de 200 víctimas de secuestros padecidos en las mazmorras de la Jefatura de Policía y en Arsenales “Miguel de Azcuénaga”. Y esta actitud fue destacada por unas de las abogadas de la querella, Laura Figueroa, quién llegó a plantear que los abogados defensores podrían estar obrando de mala fe.
Todos los imputados, por otra parte fueron acusados, en mayor ó menor grado, de privaciones ilegítimas de libertad, de participación directa o secundaria en torturas y/u homicidios, de violar domicilios, y de integrar asociaciones ilícitas, entre otros cargos.
Y ante tanta desmemoria y cinismo, cualquier militante peronista de mediana edad podrá haber recordado las palabras de ese viejo político, el titular de Intransigencia y Movilización, Vicente Leonides Saadi, quien en cada acto público y mitín partidario allá, en la década del ‘80, solía calificar a “los milicos” de “eunucos”, porque con todo el aparato del Estado en sus manos, salían de noche, y encapuchados, a secuestrar y desaparecer… Y ahora, encima, han perdido la memoria para no hacerse cargo de lo que hicieron como represores…
Vicente Guzzi
Especial para TucumanHoy.com
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