La Fundación Vida Silvestre señaló el ahorro de energía que implica y la consecuente reducción de gases de efecto invernadero. Según la ONG, las críticas respecto del mercurio que contienen las bombillas son erróneas. Una investigación de la UBA arriba a similares conclusiones.
El reciclaje, un aspecto fundamental.
La falta de energía, la necesidad de ahorro, un programa del Gobierno nacional que dice buscar su uso racional y un canje de lámparas de luz comunes por las de bajo consumo que ya desató otra polémica: ¿Contaminan éstas el medio ambiente? ¿Son un peligro para las personas que viven bajo su iluminación?
En efecto, el inicio del programa oficial que se lanzó la semana pasada con el canje de lámparas comunes por las de bajo consumo ha generado un debate en la sociedad, luego de que se difundiera por varios medios que se trata de lámparas que contienen mercurio, una sustancia que, se sabe, es altamente contaminante. Sin embargo, la Fundación Vida Silvestre, una ONG con amplia trayectoria en el cuidado del medio ambiente, defendió la medida que, dicen, vienen solicitando hace varios años. A su criterio, las explicaciones difundidas en contra del uso de las lámparas de bajo consumo han sido, en gran medida, incorrectas.
“Cualquier método para producir energía tiene un costado contaminante, porque el proceso de producción de energía implica la quema de combustibles en las centrales térmicas y la inevitable emisión de gases de efecto invernadero”, explica Carlos Tamides, Responsable del Proyecto de Cambio Climático y Energía de Vida Silvestre. Y agrega que, por este motivo, la prioridad debe estar puesta en el ahorro energético: “Reducir la energía, entonces, tiene un efecto importante en el ambiente, porque la emisión de esos gases se reduce al mismo tiempo”.
Tamides señala, además, que esa quema de combustibles para generar la energía que consume la sociedad implica también la emisión de mercurio, entre otro tipo de gases que también contaminan (como el azufre, por ejemplo). “En cambio, en las lámparas fluorescentes el mercurio no se expande, salvo que la lámpara se rompa. Suponiendo que todas se rompan, el resultado sería casi equitativo al que se expande en el ambiente con la quema de combustible”, destacó.
En este sentido, investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA) realizaron un estudio para detectar cuál sería el impacto del uso intensivo de lámparas fluorescentes compactas. ¿El resultado? La contaminación del ambiente es proporcionalmente menor que la actual. Nacional
La ingeniera Rosana Iribarne es una de las autoras de la investigación, y dice que la difusión de que las lámparas fluorescentes tienen mercurio ha generado una paranoia sin sentido. “No es un veneno que recibimos cada vez que la lámpara está encendida, como la gente cree. Hay muchos elementos en el hogar que tienen mercurio, como el termómetro, que lo tiene en mucha más cantidad que una lámpara fluorescente. Lo mismo pasa con las pilas”, aclaró la especialista, que explicó que estas bombillas de luz tienen cada vez menos cantidad de mercurio.
“La única manera de que el mercurio se expanda en el ambiente es que la lámpara se rompa, y no es tan probable que eso suceda si están bien tratadas; incluso, son menos vulnerables para romperse que las lámparas comunes”, explicó Iribarne en diálogo con Infocívica. Planes para eliminar las lámparas comunes existen ya en diversas partes del mundo, según la especialista, y dice que es celebrada como una ventaja enorme. “Hasta la energía no convencional, como la solar o la eólica necesita bajo consumo porque si no, no rinde”, destacó.
Además, dicen los expertos, las lámparas de bajo consumo implican un gasto económico mucho menor a mediano plazo. Sucede que, aunque las lámparas de bajo consumo sean más caras que las comunes, duran hasta 13 veces más que las incandescentes comunes. “Según la calidad de las lámparas fluorescentes, éstas duran entre 6, 10 y hasta 13 veces más que las comunes, un dato que el mismo envoltorio de las lámparas indica”, destaca Tamides.
Otro tema en el que hacen hincapié los especialistas es en la necesidad de reciclar las lámparas fluorescentes cuando son desechadas. “Hay que evitar que, al igual que las pilas, vayan a parar a rellenos sanitarios”, advierte Tamides, por lo que dice que ahora espera que el plan de uso racional de energía lanzado por el Gobierno en diciembre pasado se cumpla en su totalidad. “El canje de lámparas es un salto muy importante en materia de cuidado del medio ambiente, pero tiene que ser respaldado también por medidas estructurales, tal como describe el decreto (Nº140/07) que aprobó este programa”, señala.
Publicado por la Agencia Infocivica.org.ar
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