Según un informe de FUNDAMIND, los chicos que adquirieron el virus en la adolescencia tienen más riesgos de abandono que los que lo recibieron por transmisión vertical de sus madres.
El alto índice preocupa a médicos y ONG´s con trabajo en prevención del VIH.
El Programa Nacional de Lucha contra el SIDA, no cuenta con estadísticas oficiales sobre esta población especifica, pero según estudios realizados en distintos hospitales el porcentaje de abandono de los tratamientos llega hasta el 50%. La Coordinación SIDA dependiente del Gobierno de la Ciudad tampoco cuenta con datos al respecto.
Para la doctora Aurelia Fallo, Coordinadora General del Centro de Referencia de HIV Pediátrico del Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez”, “en la adolescencia hay entre un 20% y un 50% de abandono de los tratamientos, según un trabajo realizado en ese hospital. También hay un estudio realizado en EE.UU. que en tres años sólo quedó bajo tratamiento un 30% de los adolescentes. Por eso el secreto está en trabajar mucho con los adolescentes antes de iniciar tratamiento, porque sino lo único que se consigue es hacer un virus resistente” afirma Fallo.
Según otro estudio realizado en el Hospital Garrahan, en casi 100 adolescentes entre 16 y 22 años que viven con el virus, un 20% abandonó el tratamiento y un 50% tiene graves problemas para realizarlo.
La Licenciada Marisa Mujica, coordinadora del área comunitaria de FUNDAMIND, sostuvo que “la problemática es preocupante, sobre todo en aquellos grupos que viven lejos del hospital en el que se tratan, con pocos recursos para llegar hasta allí y donde aún existen en la familia, problemas de alcohol o drogas”. Debido a este problema, “es preferible demorar el inicio del tratamiento, hasta que el adolescente y su familia estén en condiciones de encararlo. Para ello, es fundamental el trabajo articulado con los psicólogos. Esta problemática no es sólo de Argentina, sino de todos los países” sostuvo la doctora Fallo del Hospital Gutiérrez.
Para el doctor Carlos Falistocco, técnico del Programa Nacional de Lucha contra el SIDA, “es una constante que los adolescentes abandonen este y otros tipos de tratamientos, porque están multitratados, desde hace mucho tiempo, además de las particularidades de la edad, y de los efectos colaterales”.
Dentro del universo de adolescentes con VIH se distinguen dos grupos bien marcados: el primero, son los que adquirieron el VIH por transmisión vertical (al nacer) y los que lo adquirieron en un accidente o un abuso sexual en su infancia, el segundo son lo que adquirieron el virus por las mismas vías que un adulto: vía sexual o adicción intravenosa. “Este segundo grupo realiza actividades de riesgo en etapas precoces de la pubertad entre los 12 y los 14 años.
En principio, son dos poblaciones bastante diferentes. El adolescente que se infecta durante la adolescencia no va a tener síntomas de la enfermedad hasta los 20-25 años aproximadamente, en cambio el chico que lo adquirió por transmisión vertical el período de incubación es más corto y comienzan con los síntomas mucho más temprano” afirmó la Dra. Fallo, especialista del Hospital Gutiérrez.
Estos dos grupos conviven, pero tienen comportamientos e historias de vida distintos.
Alejandro, tiene 18 años y pertenece a la primera generación de chicos que nació con el virus del VIH. “A los 5 años de edad falleció mi mamá, que me quería mucho y me lo demostraba. Cuando ella se enfermó, en mi familia se enteraron que tenía SIDA y algunas personas aconsejaron a mis familiares que me hagan el test a mí. Pero muchos médicos decían que era imposible que tenga VIH, porque nunca había tenido un síntoma, ni nada. Pero me hicieron los exámenes y dieron positivo. Fue algo terrible para ellos. A partir de ese momento, el año 1994, comencé a tomar los medicamentos. AZT, que eran lo único que había en esa época. Tengo la suerte de poder asimilarlos muy bien. Nunca tuve inconvenientes estomacales ni de ningún tipo. Tengo buena resistencia y eso me ayuda, aunque sé que no es el caso de otros chicos. El secreto para combatir el virus es no dejar de tomar nunca la medicación” afirma Alejandro.
Para la doctora Fallo, la etapa de la adolescencia “es complicada para realizar cualquier tipo de tratamiento. Cualquier persona que tiene que tomar un antibiótico cualquiera, por diez días por una angina, lo toma los tres primeros días y después lo abandona o se olvida. Es difícil sostener medicaciones, más en tratamiento de por vida que son muchas píldoras, no hay descanso, no hay vacaciones, no hay sábados ni domingos. Por esto es importante trabajar desde el punto de vista psicológico”.
En el Hospital Gutiérrez se han atendido 980 pacientes en riesgo. En este momento hay 450 pacientes en seguimiento y se detectan entre 30 y 40 casos por año. “La prevención de la transmisión vertical no es maravillosa. En Capital estás más controlado el tema, pero en la provincia de Buenos Aires, hay un número de pacientes importantes. Llegan chicos de hasta 10 a 12 años que tienen síntomas y llegan al diagnóstico tarde” afirmó la doctora Aurelia Fallo.
En Argentina, el 50% de los adolescentes con HIV son huérfanos de alguno de los padres y dentro de ellos el 40% lo son de padre y madre. Por estos las abuelas o tías cumplen un papel muy importante, porque quedan a cargo de los niños y de su tratamiento.
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