A pesar de los controles que llevan adelante la secretaría de Trabajo y Rentas, el empleo irregular es un flagelo que, evidentemente, es muy difícil de combatir en Tucumán. Se estima que cerca de un 50 por ciento de los trabajadores no se encuentran regularizado.
En la zona del microcentro, el 80 por ciento de los jóvenes están en negro.
Una zapatería, por la presión del sindicato, le pagó las horas extras a una de sus obreras y cuando los gremialistas se retiraron, solicitaron a la joven devolver el dinero.
“Lamentablemente siempre tenemos que llegar a estas instancias con los dueños de los comercios. Nosotros visitamos hoy la firma Zatuc porque no querían pagarle las horas extras a una empleada. Logramos que se le abonara lo que por ley le corresponde y cuando nos fuimos, el dueño le exigió a esta compañera que le devuelva la plata que le habían pagado. Estas son las oportunidades en las que ponemos nuestro manto de sospecha de estos controles”, dijo el secretario general del Sindicato de Empleados y Obreros del Comercio, Roque Brito.
Si bien el índice de trabajo irregular en Tucumán supera el 40 por ciento, en el rubro comercio, las estadísticas se elevan más aún. En la zona del microcentro, el 80 por ciento de los jóvenes empleados en casas de indumentaria, zapaterías y marroquinerías, trabaja sin contar con aportes jubilatorios ni obra social.
María Celia Nahra
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