Los dirigidos por Roldán no están en la cima del Torneo por casualidad. Es el equipo más regular en lo que va del certamen. No es un plantel con grandes individualidades, por eso el secreto está en el juego asociado.
Roldán demuestra día a día su profesionalismo y compromiso de trabajo, esto se visulumbra en los resultados.
Con 35 puntos San Martín es el campeón de la primera parte del torneo, esto hubiera sucedido si las reglas serían las del año pasado. Como es un campeonato largo, lo único que se puede decir es que terminará el año arriba y de la mejor manera. Le saca 3 puntos a Quilmes y 4 a Chacarita. Pierda o gane en su último partido, el domingo con Rafaela, el Santo seguirá viendo desde lo alto a sus seguidores.
Desde esta columna, digo que las incorporaciones de Caffa y Krikorian, fueron fundamentales para lograr semejante campaña. El por qué es fácil de dilucidar, en el fútbol actual el arquero es fundamental para generar confianza en el equipo, sobre todo en la defensa, ya que al convertirse en un juego de tanta especulación, el mínimo error puede ser fatal.
Lavallen no generaba esto y la defensa era un flan. Caffa con su solides, tanto desde arriba como en cada mano a mano que le tocó actuar, se ganó de manera indiscutida la titularidad y el aprecio de toda la parcialidad, hasta Monge que no venía jugando bien, ahora es todo un patrón.
Por su parte Krikorian es fundamental, impasable defendiendo, es duro para marcar, roba pelotas con categoría para después salir jugando con total calma y delicadeza. A veces no es tan sutil y arremete con todo, pero lo cierto es que el sector izquierdo es impasable. De cabeza es bueno, tanto en ataque como en defensa. En las pelotas paradas su presencia es imprescindible. Esto se reflejó a lo largo del torneo, con los goles claves que convirtió, como el del lunes contra Godoy Cruz, con un frentaso cruzado, imposible para cualquiera, gol casi calcado al que hizo en el minuto 56 a Defensa y Justicia, en el mismo arco, en la fecha 14.
Otro nombre interesante, el de Romano, aunque en las últimas fechas no brilló, es sin dudas el generador de fútbol. Maneja bien la bocha y por momentos distribuye correctamente.
De los jugadores que estaban en el campeonato anterior, Cantero es de lo más regular, uno de esos 5 que a todo técnico le gustaría tener. Distribuye en el medio campo, abre la cancha, por momentos hace la pausa, siendo la columna vertebral. Recupera balones complicados para luego salir jugando con categoría. La dupla que hacían con Serrano, en lo particular me parecía brillante, se complementaban correctamente. Sin embargo, en las últimas dos fechas, cuando lo reemplazó Perea el doble cinco siguió sólido.
A mi modo de ver las cosas estos jugadores fueron lo mejor de San Martín en lo que va del certamen. El ingreso de Oviedo en las últimas fechas y sobre todo cuando le tocó hacer de carrilero por derecha es interesante y explosivo.
Pero todos los laureles son para Roldán, nadie le tenía confianza, siendo muy criticado hasta el comienzo del certamen, incluso desde acá en diversas oportunidades dudé de su esquema de juego. Sin embargo, el 3-4-1-2, lejos de ser vistoso es sumamente efectivo. Más ahora que el equipo casi juega de memoria. Sería lindo que se forme una “pequeña sociedad” Cantero-Romano. Si esto ocurre la otra mitad del año el Santo es imbatible.
Lo último, el estado físico del plantel es de lo mejor, durante los 90 minutos los once en el campo de juego corren infatigablemente.
Sebastián Ganzburg
sebaganzburg@gmail.com
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