A nueve meses de la desaparición de la docente, su familia sigue pidiendo justicia. Liliana no pierde las esperanzas de encontrarse con su hermana, viva o muerta. La falta de pistas sobre el paradero de Luis Fernández, hermano de una de las imputadas, genera “impotencia”. Según sus familiares, no basta con que se haya solicitado la elevación a juicio oral de la causa.
“Todos los días salimos a buscarla, todos los días venimos a tribunales para recordar que este caso no se ha esclarecido".
Pasaron nueve meses de aquel día en que Betty salió de su casa en el Manantial, rumbo al colegio Padre Roque Correa, donde se desempeñaba como docente e iba a asumir como directora. Lo único que se sabe es que Betty se bajó de un remis en una zona cercana a la casa de las dos imputadas por su desaparición, Susana Acosta y Nélida Fernández.
“Se hizo la elevación a juicio, pero no hay avances significativos en la causa. Nada se sabe ni de dónde puede estar mi hermana, ni qué se hizo con ella. No nos conforma que haya dos detenidas y un prófugo. Queremos encontrarnos con ella”, dijo Liliana Argañaráz, hermana de la maestra desaparecida. El hermano de una de las detenidas, Luis Fernández, se encuentra prófugo y nada se sabe de él.
Su familia asegura que no cesarán en la lucha por encontrar a Betty. “Todos los días salimos a buscarla, todos los días venimos a tribunales para recordar que este caso no se ha esclarecido. No vamos a bajar los brazos. Aún falta mucho por saber”, aseveró Liliana en diálogo con la prensa.
María Celia Nahra
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