El operativo comenzó en la provincia el pasado 11 de mayo y el balance que se realiza desde Transporte, es positivo. Los conductores acceden a ser examinados por médicos del SIPROSA acompañados por efectivos de la Policía Vial.Hubo una notable disminución de accidentes de tránsito y se registraron menos víctimas fatales por estos siniestros.
También se estudia las diversas formas que tienen los infractores para sortear con éxito los controles.
El alcohol, sin dudas, es el peor aliado de alguien que se encuentra a bordo de un automóvil. Tucumán ostenta un altísimo índice de accidentes en rutas y en la propia ciudad, por lo que el 11 de mayo de este año el gobierno decidió poner en marcha el control de alcoholemia. Aunque, al principio, generó sorpresa y rechazo, los conductores, a la hora de medir su graduación alcohólica, se mostraron flexibles.
“Más de 800 vehículos vamos secuestrando en estos seis meses gracias a estos controles. En relación a los accidentes, si comparamos este período con igual del año pasado, registramos un 11 por ciento menos de impactos entre automóviles y un 30 por ciento menos de víctimas fatales”, afirmó Ramiro Gutiérrez, secretario de Transporte de la Provincia.
El funcionario adelantó que en los próximos meses, los controles se acentuarán en las principales villas turísticas, tal es el caso de El Mollar, Tafí del Valle, San Pedro y El Cadillal. Gutiérrez, a su vez, adelantó que en el mediano plazo se darán a conocer nuevos controles que se llevarán a cabo en Tucumán con el objetivo de bajar las fatalidades.
María Celia Nahra
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