Sassi Colombres analizará junto con funcionarios de la Procuraduría Nacional del Tesoro los pasos procesales a seguir ante el fallo que condenó a la Argentina a pagar U$S 105 millones al grupo francés Vivendi, dueña de la empresa Aguas del Aconquija.
La empresa de orígen francés inició una acción en el CIADI, luego que el gobierno de Antonio Bussi en los 90 rescindiera el contrato.
El fiscal de Estado, Francisco Sassi Colombres, viajó a Buenos Aires
para analizar con la Procuración del Tesoro los pasos procesales a
seguir por el laudo arbitral del Centro Internacional para el Arreglo
de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), que condenó a la
Argentina a pagar U$S 105 millones al grupo francés Vivendi.
El
funcionario sen reunirá con los
abogados y asesores de la Procuración del Tesoro de la Nación, que encabeza
Osvaldo Guglielmino, a fin de diseñar la estrategia relacionada con el
laudo, que fue conocido a fines de agosto.
Al igual que lo que
sucede con la Procuración del Tesoro respecto de los intereses
nacionales, el fiscal de Estado encabeza los equipos técnicos de la
provincia encargados de representar a Tucumán en todos los litigios,
judiciales o extrajudiciales de los que sea parte.
En
septiembre, el gobernador José Alperovich había advertido que iban a
recurrir el laudo, que condenó a la Nación porque durante la
administración de Antonio Bussi (1995-1999), en 1998, le fue rescindido
el contrato de concesión del servicio de agua y cloacas a la Compañía
de Aguas del Aconquija (Caa), dependiente del grupo Vivendi.
Un
tribual del Ciadi, compuesto por tres árbitros, concluyó que "los actos
de los funcionarios provinciales violaron los derechos de Vivendi, de
su subsidiaria, así como el acuerdo firmado entre la Argentina y
Francia para proteger las inversiones extranjeras en sus respectivos
países".
Como la demandada fue la Argentina (por ser la
garante de las inversiones extranjeras), en su momento, el propio
Guglielmino, anticipó que planteará la nulidad de la resolución por
"resultar de una argumentación incomprensible".
El año pasado
se habían desarrollado las audiencias para oír a los testigos ofrecidos
por las partes ante el tribunal del Ciadi, órgano dependiente del Banco
Mundial (BM) que tiene su sede en Washington (Estados Unidos).
La
Compaía Aguas del Aconquija, había demandado a la Argentina por más de 300 millones de dólares,
porque en 1998 el gobierno de Bussi (1995-1999) decidió rescindirle el
contrato de concesión del servicio que, por 30 años, había celebrado en
1995 con la administración de Ramón Ortega (1991-1995).
En
1998, la administración bussista le rescindió el contrato a la Caa, que
se retiró de la provincia, luego de que una comisión legislativa
especialmente creada concluyó que el contrato originario estaba plagado
de irregularidades.
Asimismo, la comisión legislativa constató
que, durante 20 días, salió agua turbia de los grifos de los tucumanos,
pese a que la empresa había aumentado en un ciento por ciento la tarifa
de la prestación del servicio público.
Tras el retiro de la
Caa, el servicio quedó primeramente a cargo del Ente Nacional Obras
Hídricas y Saneamiento Ambiental(Enhosa) y luego de la provincial
Sociedad de Aguas del Tucumán (Sat), una sociedad anónima con
participación estatal mayoritaria.
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