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El partido que yo vi, por Daniel A. Villalba

El espectáculo sólo estuvo en esa tribuna “tunneada” con los colores rojiblancos, las bengalas, y los fuegos artificiales. El partido por aburrido y malo no merece muchas líneas.

El compañero de redacción me dijo, corrían 5 minutos de juego, en este partido el que hace el gol gana. Y fue Krikorián, quien le dio la razón cuando a los 11’ del segundo tiempo con un frentazo que pareció un zapatazo, la clavó en el arco del ex arquero decano , Daniel Bertoya.

Defensa y Justicia comenzó con una actitud ofensiva, con orden, concentrado, pero sin fuerza ofensiva, más allá del manejo del grandote Zavalía, que junto a Romero y Fernández intentaban llegar al arco de Caffa. Hubo tres llegadas en cada arco, por descuidos de las defensas y no por méritos de los delanteros. Los primeros minutos fueron de Defensa. Luego San Martín emparejó,  más que nada por empuje, que por buen juego.

Este pésimo, en cuanto a fútbol, torneo es así. Se cuida el punto con el cual se arranca el partido. Y si se puede se buscan los otros dos. A  comienzos del mismo los equipos que llegaban a La Ciudadela, se paraban esperando, y dejaban la iniciativa a los santos. A medida que pasaron las fechas cambiaron algunos, aprovecharon el bajón de los locales y lo complicaron, tal el caso de Platense y Ferro  que se animaron a mojarle la oreja al dueño de casa. San Martín no perdió y en eso tuvo mucho que ver los miles de “jugadores”, que partido a partido llenan las tribunas del estadio santo.

Roldán retomó el liderazgo, los jugadores comenzaron a ensamblarse y con el aliento de los hinchas, San Martín se trepó a la punta. Va ser difícil quitarle ese lugar. Se hizo un equipo poco vistoso pero efectivo. No gusta pero gana. Y todos contentos. No  le pida más , que lo hecho hasta ahora es mucho.

Daniel A. Villalba