AMPLIARLa larga fila pasó la noche frente al hotel

06/11/2007 - En General

En Tucumán, miles de jóvenes, con la esperanza latente, buscando un empleo

Caras calientes, ojos enrojecidos, manos transpiradas, cuerpos inquietos, conversaciones ilusionadas, pensamientos contradictorios, broncas acumuladas, resentimientos renovados. La fila estaba hecha por miles de jóvenes tucumanos en busca del trabajo ofertado.

Carrefour en Tucumán comenzará sus actividades en diciembre próximo. 8 mil jóvenes necesitan trabajar. Sólo 200 ingresarán. Indigna desproporción.

Durante lunes y martes la vereda este de avenida Soldati al 300  el lugar donde comienza la ilusión de miles. Tucumanos entre 18 y 30 años de edad  esperan y desesperan.

“No es una oferta atractiva para mi profesión, pero necesito trabajar”, señala Jorge , estudiante de abogacía, de 26 años. “Tampoco para mi que estudio medicina”, aseguraFlorencia , de 23 años.

Nadie sabe cuales son los sueldos, ni siquiera los ya entrevistados.

“Yo tengo 27 años, dos hijos , mi esposo no tiene trabajo fijo y los dos abandonamos la facultad”, dice Andrea, casi llorando.

Dos vecinos y amigos de la infancia mientras se pasaban la botella de gaseosa, gritan casi a coro “ estamos sin laburo fijo hace como un año, somos estudiantes de Historia, tenemos buenas referencias, pero los empleadores tucumanos son unos verseros”.  Sebastián y Gustavo llevan 16 horas de espera.  

El sol enroje los rostros de quiénes esperan acceder a la entrevista. Algunos disfrutan la momentánea sombra de los hermosos árboles del Parque 9 de Julio. La fila comienza justo frente al hotel y continúa por una de las calles del paseo para llegar casi hasta el museo del Obispo Colombres.

Cuando llegue el final del 2007 sólo 200 comprovincianos pensarán que valió la pena el esfuerzo.Un estudiante de ingienería atenderá las góndolas con verduras, una futura profesora de inglés acomodará los carritos de compra, una mamá quitará horas a su bebe para instalarse en la caja, un recién egresado de la secundaria limpiará botellas , un papá orgulloso separará la carne para llevar a la casa. 

Los otros se acordaron de los amigos hechos en la espera, de las largas noches sin sueños, de las horas que  quitaron al estudio, de los mimos a sus hijos, de otro sueño incumplido, de otra ilusión muerta.

Daniel A, Villalba