Dijo en su testimonio Patricia Niklison, hermana de la víctima y tía de María Alejandra querellante en la causa. También declaró Critina Barrionuevo quien contextualizó políticamente aquella época.
En este sentido agregó que “incluso mi mamá a los cuarenta y pico de años le cortaron la carrera de abogada porque la perseguían. Espero justicia para que las generaciones del futuro tengan una verdad cierta de cómo fueron las cosas. Seguro que hubo cosas erróneas pero deben saber que lo que le pasó a su familiar fue un asesinato. No tuvo juicio previo, directamente apuntaron a ella y la mataron”.
En su testimonio también habló de cómo se hizo cargo de la crianza de su sobrina. “Mamá no estaba en condiciones por eso se quedó en casa, la incorporamos a la familia. Como prácticamente no nos conocía, tenía mucho miedo. Lloraba sin motivo. Tenía terror especial a subir a los autos. Era muy introvertida. Le costó mucho hablar”, aseveró.
“Mi hermana era una luz desde lo físico a lo intelectual. Rubia de ojos celestes, muy tímida. Se fue soltando y llegó a tener muchos amigos y ser muy querida. Tanto que hoy, que tendría 61 años, sus amigas la siguen llamando a mamá. Brillante en secundaria, buena estudiante. Un ser irremplazable”, recordó.
Por su parte la testigo Crisitna Barrionuevo contó que conoció a María Alejandra militando. “Me la presentaron en el momento en que las FAR y Montoneros deciden unirse para emprender juntas las tareas democráticas y asumir funciones ejecutivas que fueron dispuesta. Esto tiene que haber sido luego de la asunción Perón-Perón”.
Barrionuevo, aportó interesantes datos sobre el contexto político de la época. “Con Gerardo Romero nos cruzamos varias veces. En barrio Echeverría había riqueza política. En 1974 se comienzan a expresar todas las fuerzas de la AAA y amenazaban con bombas, ametrallaban locales, con el apoyo del Ministerio de Bienestar Social. No era desconocida para nosotros las formas de militar oculta. Decidimos volver a esa práctica de no ser tan abiertos en la militancia por temor a situaciones lamentables”.
Respecto al asesinato de los cinco militantes montoneros dijo que “el 20 de mayo leí en La Gaceta que hubo un ataque en barrio Echeverría y cuando nos encontramos con compañeros nos enteramos de que era la casa de Mecha. A los otros no los conocía”.
Más delante de forma sintética resume el clima de época. “En 1975 Ezequiel Linarez hace una muestra. Le encantaba la exuberancia de la vegetación de Tucumán. Allí había un cuadro donde se veían cañas gruesas y entre ellas fusiles lo que da idea de zona emboscada. Esa es la sensación que me da cuando me acuerdo de la zona en aquél entonces”.
También declaró Hugo Sánchez, militante montonero; María Isabel Vanegas de Bordón, amiga de María Alejandra (Mecha) y María Catalina Fernández, quien cuidaba a la querellante María Alejandra cuando era bebé.
Sebastián Ganzburg
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