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AMPLIARFlores el changarin asesinado la semana pasada

"Queremos que paguen por lo que hicieron, que se pudran en la cárcel"

La esposa de Juan Flores, Mercedes Castro, asegura que su familia no parará hasta que se haga justicia por la muerte del changarín del Mercofrut. Flores fue asesinado de una puñalada en la espalda cuando se dirigía a su trabajo. Por el hecho fueron detenidos cuatro acusados, dos de ellos menores de edad. Los sospechosos están a disposición del juez de Menores Raúl Ruiz y del fiscal Alejandro Noguera.

“Los delincuentes salen y entran todo el tiempo y aquí sabemos que a alguno del barrio le va a tocar”, dijo Claudio, hijo de la víctima.

El miércoles pasado cambió la vida de los Flores cuando Juan, el padre de familia, salía como todos los días a trabajar como changarín en el Mercofrut y nunca más volvió. Su cuerpo fue encontrado en 9 de julio al 2800. Cuatro sujetos lo habrían atacado para robarle su bicicleta. “El amaba su bicicleta, le costaba mucho mantenerla. La usaba para ir a trabajar y para cumplir las promesas a la Virgen”, dijo desconsolada a TUCUMANHOY Mercedes Castro, esposa de la víctima.

Por el hecho fueron detenidos cuatro acusados, dos de ellos menores de edad. Son conocidos como “Bebo”, presunto autor del crimen, “Cheo”, “E” y “El Boliviano”. “Si yo los viera en la calle los mataría, pero después digo no, yo no soy así, Dios va a hacer justicia”, aseguró preso de la ira el hijo de Juan, Claudio Flores. El joven, además, manifestó que la mujer que encontró el cuerpo de su padre “es también culpable” de lo ocurrido, ya que si hubiese avisado a la policía con tiempo, Juan no se habría desangrado y muerto, dicen los familiares.

El dolor de la familia Flores vuelve a disparar la discusión en torno a la responsabilidad que debe recaer sobre los menores que delinquen. ¿Bajar la edad de inimputabilidad? ¿Encerrarlos hasta que se pudran en la cárcel?, ¿castigar a sus progenitores?. Políticos, magistrados debaten. Mientras tanto, una sociedad pide a gritos justicia por los muertos y seguridad para los vivos.

María Celia Nahra