El cuerpo de Héctor Bulacio fue sepultado en Tucumán, en medio de la enorme tristeza de familiares, amigos y admiradores. Una guardia gaucha y cantantes populares tucumanos entonaron "Lunita Tucumana", en la tocante ceremonia del último adiós, en el Cementerio de San Agustín.
El cantante perdió la vida en la mañana del pasado domingo en un accidente automovilístico en la provincia de Santa Fe.
Miles de personas despidieron a Héctor “Gringo” Bulacio cantando
la emblemática “Luna tucumana”, agitando pañuelos y arrojando flores al féretro
que era trasladado al cementerio San Agustín.
Los restos del músico, integrante del grupo folclórico los Tucu Tucu, fueron
velados durante la jornada en la capilla ardiente ornamentada en el teatro San
Martín. La cantidad de personas que se acercaron, a darle el último adiós al
cantante apenas pudo ser contenido por los organizadores del velatorio. Muchos
no pudieron ingresar al hall para tocar el cajón cerrado. Se produjeron apretujones
y momentos de tensión entre la gente y la Policía que custodiaba el lugar.
A la hora de la partida del cortejo fúnebre la emoción llegó al máximo. Un
grupo de folcloristas organizaron una despedida cantando vidalas y zambas.
Mientras que una multitud ocupó la avenida Sarmiento, frente al teatro, y al
paso del féretro gritaban “el tucu no se va”.
El cortejo fúnebre se trasladó al cementerio San Agustín, donde fueron
sepultados en medio de una enorme tristeza de familiares, amigos y admiradores
del grupo más popular de la provincia.
Durante la jornada, el padre Marcelo Barrionuevo dio un responso íntimo, del
que sólo participaron los allegados del artista. Breve y emotivo, el homenaje
permitió a los parientes del "Gringo" darle el último adiós y, a su término,
se dejó ingresar a los seguidores, que esperaban la oportunidad de despedirse
de su amigo e ídolo.
El hall central del teatro fue escenario de un cuadro emotivo, en el que se
vivieron escenas de mucha tristeza y sólo la dulce música del grupo, que sonaba
de fondo a pedido de los familiares de Bulacio, alivió la congoja de los
presentes.
Los personajes del ambiente folclórico fueron mayoría, entre ellos, se
encontraba Carlos "Chango" Paliza, ex integrante de los Tucu Tucu y
uno de los más cercanos amigos de Bulacio, quien reconoció que "la
tristeza es muy grande porque he perdido a un hermano".
La Secretaría de Cultura de Tucumán, que encabeza Mauricio Guzmán, dispuso que
los restos de Bulacio fueran velados en el teatro, ya que la familia de Ricardo
Romero -el otro miembro de la banda que falleció- dispuso que la sepultura sea
en Buenos Aires.
El domingo por la noche, fueron suspendidas las actuaciones que estaban
previstas en el marco del "47 Septiembre Musical", entre ellas la
participación de los propios Tucu Tucu, que debían hacerlo en la plaza
Independencia, ubicada frente a la Casa de Gobierno.
El conjunto había actuado el sábado en San Lorenzo (Santa Fe) y se preparaba
para emprender el regreso a la capital tucumana, cuando ayer, a las 7, sucedió
el accidente en San Cristóbal, cuando el vehículo en el que viajaban rumbo a
Tucumán los folcloristas fue arrollado por un tren de carga.
Como consecuencia del accidente, Romero y Bulacio murieron instantáneamente,
mientras que los otros dos integrantes del conjunto, Carlos Sánchez y Roberto
Pérez, permanecen internados en el hospital José María Cullen, de la capital
santafesina.
María Celia Nahra
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