Sacudido por dos nuevas réplicas Haití no encuentra consuelo con miles de personas que deambulan por las calles y otras miles bajo los escombros, mientras la ayuda internacional empieza a llegar con cuenta gotas por los innumerables obstáculos que existen para acceder a la zona devastada por el terremoto.
El aeropuerto de la capital sólo funciona parcialmente y los puertos marítimos están dañados.
Con lentitud se comenzaron a limpiar las principales carreteras para facilitar el transporte de ayuda humanitaria y maquinaria pesada, aunque según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y cooperantes, hay un gran problema logístico para trasladar equipos de emergencia, víveres y medicinas.
En medio del caos, el Programa Alimentario Mundial (PAM) comenzó hoy la distribución de alimento en la ciudad de Jacmel."Es una gota en el océano, pero siempre es un inicio. Debería continuar, bajo escolta militar, en Puerto Príncipe", dijo el portavoz del organismo en Ginebra, Charles Vincent.
Las ayudas aumentarán en los próximos días, cuando logren acceder a Haití las decenas de aviones con ayuda humanitaria enviada por gobiernos e instituciones de todo el mundo, muchos de los cuales como Estados Unidos, UE, Brasil, el Banco Mundial, el FMI, entre otros, anunciaron que destinarán millones de dólares para auxiliar al empobrecido país.
"Se trata de un desafío logístico inmenso", dijo Elysabeth Byrs, vocera de la Oficina de Coordinación de la ONU para los Asuntos Humanitarios.
El terremoto de siete grados de magnitud afectó principalmente las ciudades de Puerto Príncipe, la capital haitiana, Carrefour, Jacmel y Grand-Goave, según un mapa que publicó hoy el Instituto Geofísico Estadounidense.
Según esa información, la capital se presenta como una "ciudad muerta", el distrito de Carrefour quedó "todo destruido" y la portuaria Jacmel, a pocos kilómetros de la capital, fue devastada entre "60 y 80 por ciento".
En Grand Goave, una de las localidades más antiguas de la isla, se estima que el impacto del sismo fue "extremadamente violento".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) trazó un panorama gravísimo de la situación, con ocho hospitales destruidos por el sismo, en tanto los heridos tienen necesidad urgente de tratamiento para evitar infecciones.
"Fue golpeada una población ya muy vulnerable y el impacto es particularmente devastador", dijo la OMS.
En la misma línea, el embajador haitiano ante el Vaticano, Carl Henri Guiteau, consideró hoy que "el riesgo de epidemias es real, dado que hay tantos cadáveres y cuerpos de heridos en las calles".
"No logramos encontrar a algunos ministros, no hay más infraestructuras ministeriales; la situación es catastrófica", dijo el embajador durante una conferencia de prensa que reprodujo la agencia de noticias Ansa.
Las escenas de impotencia e dolor se multiplican en las calles de Puerto Príncipe. La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) aseguró que sus equipos sanitarios en Haití están saturados por el número de heridos.
"La principal preocupación de los equipos médicos es que las necesidades de tratamiento y cirugía les está sobrepasando", aseguró MSF. Además escasean el agua, la nafta, la comida y los materiales para construir refugios.
Desde Buenos Aires, el embajador haitiano Raymond Mathieu advirtió a Télam que "la situación en Haití es de extrema gravedad y la gente está desesperada".
"Hubo algunos saqueos a supermercados en Puerto Príncipe y las tropas de las Naciones Unidas están preocupadas por la posibilidad de que saqueen armas", dijo.
En medio de este panorama desolador, dos nuevos sismos de 4,4 y 4,7 grados sacudieron por la madrugada al castigado país, mientras lograron rescatarse algunas personas con vida entre los escombros.
Uno de ellos es un miembro del cuerpo de seguridad de la ONU que se encontraba entre las ruinas de lo que fue la sede de las fuerzas de estabilización MINUSTAH, en Puerto Príncipe, informó la agencia de noticias DPA.
Al menos 36 miembros de la ONU: 4 policías, 19 militares y 13 personas que formaban parte de la plantilla civil de la ONU. Además, hay 188 desaparecidos, precisó el vocero de la MINUSTAH, David Wimhurst, a través de una videoconferencia desde Puerto Príncipe.
Wimhurst también indicó que es demasiado pronto para asegurar que el jefe de la misión, el tunecino Hédi Annabi, desaparecido entre los escombros del hotel Christopher de Puerto Príncipe, esté muerto, al igual que su adjunto, el brasileño Luiz Carlos da Costa.
A casi dos días de que se produjo el terremoto, el tiempo apremia para poder seguir hallando gente con vida. Por eso el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, reconoció hoy en Nueva York que las primeras 72 horas son decisivas. (Télam)
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