La sensación térmica, a las 7, era de 2 grados. El cielo un poco nublado, de algunos balcones colgaban banderas celeste y blanca, que flameaban disfrutaban el viento de la mañana. Pocos taxis , bares despoblados, calles valladas y muchos policías. Era el día de la fiesta mayor de los argentinos. Se festejaba en el Jardín de la República el cumpleaños 193 de la Independencia Argentina.
Los alrededores de la plaza principal, la Catedral y Casa de Gobierno tenían un movimiento inusual para la hora.
A media mañana caminar por el Paseo de la Independencia era casi imposible, la gente que quería ver el paso de las autoridades comenzó a llenar los espacios. La Casa Histórica lucía bella y reluciente como siempre..
De a poco el sol del 9 de Julio fue asomando para traer tibieza a la fría mañana.
“Somos de Misiones y vinimos desafiando la gripe, para que nuestras hijas conozcan la Casita de Tucumán”, decía una señora acompañada por su familia. “Es la primera vez que vengo, soy del barrio Padilla, nunca antes había estado un 9 de Julio por aquí , pero mis hijos querían ver a la Presidente de cerca”, explicaba un señor enfundado en una gruesa campera. “Tengo 21 años soy estudiante de Historia y es la tercera vez que vengo a estos festejos, me encanta”, enfatizaba una señorita agitando una bandera celeste y blanca. “ Estoy vendiendo desde ayer , ya hice unos buenos mangos, me quedan pocas banderas”, manifestaba orgulloso el vendedor.
El clima de fiesta que mostraba la zona se acrecentó cuando salió la Presidenta de la Catedral. La gente comenzó a agitar las banderas y estirar las manos para estrechársela a la primera mujer presidenta elegida por el pueblo. El desborde, los gritos y los pedidos parecía que iba a sobrepasar a los guardias y las vallas, pero no eso no sucedió. Lo mismo sucedió cuando Cristina retornó hacia la Casa de Gobierno. Luego del acto en la Casa Histórica.
Por esas horas la temperatura era de casi 15 grados. El sol acariciaba los rostros de cientos de tucumanos que se instalaron en la zona para presenciar y festejar.. Chicos de la mano de sus mayores, otros en los hombros miraban y escuchaban con atención las estrofas del Himno Nacional.
Pasado los actos las adyacencias de la principal plaza de Tucumán, comenzó a retomar su fisonomía habitual. Los bares se poblaron, los mozos a servir los tradicionales cafecitos y los comentarios le pusieron sonido a los murmullos.
“Ojalá el pais retorne al diálogo”, “Dios la oiga a Cristina y todo lo que dijo se concrete” , “ Se la noto menos soberbia” , “ La oposición la va destrozar”, “Es linda y elegante” fueron algunos de las frases escuchadas que se escuchó.
Pasó el cumpleaños 193 de la Patria, que a pesar de todos los contratiempos pasados en todos esos años, continúa firme y acogedora.
Daniel A. Villalba
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