Bajo el asesoramiento del INTI, harán sillas de ruedas, muletas y bastones para no videntes, que tendrán como destinatarios a niños, ancianos y personas carenciadas sin obra social.
Como generador de la iniciativa, el INTI desarrollará y transferirá a los centros educativos la información técnica necesaria para la fabricación, reparación y adaptación personalizada de los dispositivos.
Dispositivos destinados a personas discapacitadas, como sillas de
ruedas, muletas y bastones para ciegos, serán producidos en escuelas
técnicas nacionales, con asesoramiento del Instituto Nacional de
Tecnología Industrial (INTI).
El desarrollo de esos elementos
se realizará mediante el Programa Productivo Tecnológico y Social, que
dará prioridad a las necesidades de niños, ancianos y pobres sin obra
social, anunció hoy el INTI.
El programa será oficializado el
27 de agosto próximo por el INTI, el Instituto Nacional de Escuelas
Técnicas (INET) y la Comisión Nacional Asesora para la Integración de
las Personas Discapacitadas (CONADIS).
"Es un caso típico en
el que el Estado debe cubrir un vacío que no está satisfecho por la
empresa privada, ya que la discapacidad requiere soluciones
personalizadas que a veces no resultan rentables" para un fabricante
particular, dijo Rafael Kohanoff, director de Tecnologías para la
Discapacidad del INTI.
Kohanoff explicó a la prensa que en muchos
lugares de Argentina "la gente ni sabe que existe la posibilidad de
contar con dispositivos para discapacidades y el mercado no responde" a
la necesidad.
Para atender esa necesidad, el INTI "asume su
rol desde la tecnología, pero articula con los demás organismos
públicos: el hospital que prescribe el dispositivo, el municipio junto
a organismos no gubernamentales que detectan la necesidad y la escuela,
que provee la solución", afirmó Kohanoff.
Los dispositivos
serán personalizados, de calidad y accesibles en todo el país y
cubrirán necesidades que no resultan rentables para el mercado privado.
Kohanoff señaló que se desarrollarán con manuales
constructivos, documentación técnica de planos, lista de materiales y
estimación de costos para la fabricación, provistos por el INTI.
Los
alumnos de las escuelas técnicas recibirán capacitación para fabricar
los aparatos que demanden los hospitales, con la correspondiente
prescripción para cada paciente sin obra social necesitado de
andadores, sillas de ruedas y posturales, muletas, bastones comunes y
para ciegos y barrales para baños, entre otros.
"Unas cien
escuelas técnicas manifestaron interés, voluntad y capacidad en el
plano experimental para pasar ahora a la fase, no ya de un experimento,
sino de un programa permanente", informó el funcionario.
Como
generador de la iniciativa, el INTI desarrollará y transferirá a los
centros educativos la información técnica necesaria para la
fabricación, reparación y adaptación personalizada de los dispositivos.
Para los estudiantes "va a ser un proyecto cultural integral
muy importante de desarrollo social local en la práctica, que les
requerirá soldar, cortar, hacer planos y que se incorporará a la
currícula con una cantidad de horas que no perjudica al plan
pedagógico", dijo Kohanoff.
La primera etapa del proyecto
consistirá en que "cada escuela fabrique una pequeña cantidad de cada
dispositivo para que pueda ser probado y mejorado por el personal
médico, y el hospital comience a relevar la necesidad con nombre y
apellido", explicó.
Indicó también que esa identificación
personal obedece a que "es importante que los estudiantes sepan para
quién están fabrican el dispositivo, por eso hacemos un proyecto de
orden local y tenemos en vista un horizonte de 500 escuelas técnicas en
todo el país, de más de 500 alumnos" cada una.
El paso
siguiente será incorporar al Programa la producción de componentes para
prótesis y ortesis solicitadas por los hospitales públicos bajo
prescripción médica, para lo cual el INTI ya desarrolló un prototipo de
"prótesis de miembros inferiores".
El convenio entre el INTI y
el INET cuenta con el aval de la Cámara de Diputados de la Nación, que
el 6 de junio pasado aprobó el programa educativo productivo.
Kohanoff no cree que el proyecto encuentre obstáculos y se manifestó optimista respecto a alcanzar los objetivos.
"Dicen que la innovación tiene tres etapas: la primera es el sueño, la tercera, el resultado y en el medio está la pesadilla".
"Pero
por suerte, el 27 de agosto hacemos las primeras entregas de
dispositivos, en un acto al que asistirán unas 70 de las 100 escuelas"
que ya participan del proyecto, concluyó.
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