Insisto en que debemos seguir construyendo la conciencia que hace falta para los grandes cambios, generando el debate de las ideas y, con pleno conocimiento del proceso de transformaciones iniciados en el país y en la provincia desde el año 2003, se produce el devenir de una nueva revolución, una revolución que Gramsci llamaría desde arriba, desde la conducción política, que culminará de sacar la Argentina del infierno. Escribe el director del CELPOT, Raúl Ferrazano.
Se inició hace cuatro
años, un proceso de transformaciones políticas, económicas, sociales y laborales
que permiten ir superando progresivamente los cuellos de botella que impiden el
desarrollo y la igualdad.
Es desde arriba, desde
la conducción política del aparato del Estado que se comienza a
modificar el modelo económico neoliberal y se pasa a un modelo nacionalista,
desarrollista y centrado en consolidar el mercado interno para hacer más
competitiva la propia economía argentina a nivel internacional
Se jerarquiza el rol del Estado como
"organizador de los mercados"; se dan sucesivas concertaciones sociales y se
adoptan medidas del Poder Ejecutivo para mejorar los salarios y disminuir la
desocupación.
La economía comienza a crecer
velozmente, acumulando entre 2004 y 2006 un 24%, y que este año será cercano
nuevamente al 9% anual. La productividad media del trabajo aumenta.
La economía en
general, ha crecido sostenidamente desde 2004 y seguirá haciéndolo
en los próximos años., pero debemos tener en cuenta que el crecimiento
económico, por sí, no genera progreso social, es el Estado el que debe aparecer
para generar mejor producción y distribución de riquezas.
En
adelante, para esta nueva
etapa de la democracia, que está a punto de cumplir 25 años de continuidad, hay
que proceder a una profundización de políticas y de muchas estructuras, y para
eso debemos exigir que nos dirijan políticos con mentalidad nueva,
sin rémoras y sin subordinaciones a intereses que, a estas alturas, ya no son
tan decisivos e imponentes ni dueños de toda la verdad y del poder como
antes.
Nuestra joven democracia debe ir avanzando paulatinamente hacia el
mejoramiento de la calidad de las instituciones democráticas. Calidad
Institucional es el concepto hacia el que tenemos que avanzar.
Nuestros
dirigentes deben dejar de ser mezquinos, y pensar en los Intereses del Pueblo,
deben dejar de hacer politiquería y ser serios con lo que dicen y con lo que
hacen, que cumplan cabalmente con sus promesas de campaña.
Gobernantes
que originan su poder en el voto popular y que gobiernen para el Pueblo, que
sean eficientes, que admitan el control de gestión, y el consenso como elemento
superador, acompañados de una oposición constructiva, que aporte desde el debate
y la propuesta y no meramente denuncista es lo que
necesitamos.
Reivindicar el rol de la Organizaciones
Libres del Pueblo y
recuperar la representatividad de los Partidos Políticos para que dejen de ser
meras herramientas electorales, y se conviertan en un espacio de contención
política, de generación de debates, de proyectos, de planes de Gobierno, de
Escuelas de Formación de cuadros dirigentes.
Ese es el desafío en
lo político, pues esta reforma institucional se encuentra desacreditada por la
relativa opacidad de su contenido para la Opinión
Pública.
Además debemos asociar los medios de
producción con el conocimiento para el cambio.
Recuperar un federalismo más fuerte
aún para reconstruir la nación
Trabajar por una Argentina
reindustrializada para lograr equilibrios sociales y territoriales, promoviendo
con fuerza al empresariado y la industria nacional
Recuperar el orden perdido, es una
tarea lenta pero necesaria, reconstruyendo las fuerzas políticas de este sector
nacional y popular, avanzando en la constitución de un amplio
frente político y social que acompañen las actuales gestiones que
han sabido interpretar las necesidades concretas de una sociedad que se había
hastiado de un modelo excluyente que nos llevó a vivir en el infierno de la
exclusión y la pobreza. Su termómetro político se los marca la gente, no los
medios, los entornos, o los poderes económicos. Un gran Mérito .
Seguir concibiendo un Movimiento
Nacional Popular, amplio y representativo de las mayorías, que sirva de sustento
político, ideológico, que ayude a profundizar las transformaciones
encaradas para saldar la deuda social, y sea la revolución desde abajo,
la del Pueblo, que debe legitimar con su acompañamiento los logros
conseguidos. Un gobierno es lo que la fuerza política que lo lleva
es. Nosotros tenemos que acompañar este proyecto político, que sin dudad es
perfectible, pero le devolvió las esperanzas a la gente. Concertando y
promoviendo el recambio generacional y de género .-
Los jóvenes estamos llamados a ser
quienes acompañemos este proyecto de recuperación de la autoestima, de la
conciencia política, la identidad y LA MISTICA. Vamos para
Adelante.
Raúl Ferrazano, Director de CELPOT