Con buenas condiciones naturales para la producción de alimentos, la demanda mundial de productos agrícolas ganaderos ha impulsado la intensificación de cultivos y la expansión de las fronteras agropecuarias en varios países de América del Sur, generando una creciente presión sobre sus recursos hídricos, así como una fuerte demanda de energía.
“Las reglas y requerimientos de los mercados mundiales pueden ocasionar impactos sobre las reservas naturales de Sudamérica.”, advierte el Documento Regional de las Américas presentado el 16 de marzo pasado en el V Foro Mundial de Agua que tiene lugar en Estambul.
Los expertos señalan en dicho documento que se observa una creciente demanda de áreas de uso urbano, productos agropecuarios y maderas que se traduce en deforestación de bosques naturales, introducción de especies exóticas y la consiguiente afectación de los suelos, del escurrimiento de las aguas y de la biodiversidad.
El estudio advierte asimismo sobre la importancia de aplicar controles adecuados para la instalación de industrias en los países de la subregión a fin de evitar la contaminación de los recursos hídricos. Agregan que el incremento del precio de los productos del sector de la minería ha dado paso a nuevos proyectos mineros. “Algunos de estos proyectos podría afectar fuentes de agua como glaciares”, sostiene el informe.
Por otra parte, el gran crecimiento de las zonas urbanas experimentado en las últimas décadas ha originado un aumento de la demanda de la provisión de servicios de agua potable y saneamiento, aún deficitarios en la mayoría de los países de la subregión, generando impactos negativos sobre la salud pública. El crecimiento de la población, además, agrava los problemas de las inundaciones urbanas.
En lo que hace a las consecuencias generadas a partir del cambio en el uso del suelo, donde la vegetación natural ha sido reemplazada por cultivos, no sólo se hacen visibles las huellas de la erosión, sino que se ve afectado también el comportamiento hidrológico de muchas cuencas, establece el documento.
El cambio climático, se asocia también en América del Sur con la reducción de los caudales de los ríos y de la recarga de los acuíferos. Por su parte, los expertos temen que la disminución del aporte de agua a los embalses, no sólo incida sobre la generación de energía eléctrica sino que también afecte la disponibilidad de agua para riego y la calidad del agua de consumo. Preocupa de igual modo los efectos sobre el ascenso de los niveles del mar, que según los pronósticos generarán la formación de cuñas salinas en los acuíferos cercanos a las costas.
Recordemos que, con alrededor de 18 millones de km2 de extensión, y 385 millones de habitantes, Sudamérica comprende la Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, más la Guyana Francesa.
Esta subregión de las Américas presenta el 28% de los recursos hídricos renovables del mundo. Las principales cuencas son las de los ríos Amazonas, de la Plata, Orinoco, Sāo Francisco y Magdalena. A pesar de ello, el 23% del continente posee áreas zonas áridas o semiáridas, entre las que se encuentra más de la mitad del territorio argentino, el nordeste de Brasil, el sur de Ecuador, toda la franja litoral de Perú y el norte de Chile, además de áreas de Bolivia.
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