Es fundadoras de "Madres de la Esperanza". Relató cómo nació el grupo. Reclamó políticas gubernamentales de contención de menores y denunció que los kioscos y farmacias de su barrio venden sustancias prohibidas a menores. Asimismo detalló su difícil situación.
“Cuando mi hijo trabaja, sale a drogarse. En este caso, el trabajo no es la solución. Necesitamos ayuda de otro tipo”, resumió.
Una de las manifestantes, cuyo nombre se reserva, madre de un joven de 17 con adicción a la marihuana y a pastillas, en diálogo con TucumánHoy.com, compartió su complejo y difícil caso.
En primer lugar, relató el nacimiento del grupo. Recordó que, debido a que su hijo solía ponerse violento cuando ella no quería darle dinero, concurrió al juzgado de menores para que lo internaran en el Instituto Roca.
Esta situación la llevó a sentirse muy avergonzada, por lo que solicitó al juzgado de menores, contención psicológica. Haciéndose eco de sus pedidos, la Dra. Almaraz, psiquiatra de ese juzgado, la citó para realizar un tratamiento conjunto con otras cinco madres de chicos con problemas de adicción, hace algunos meses. Desde esa oportunidad se vienen reuniendo con frecuencia para enfrentar en conjunto su problema común.
Vive en el barrio 200 viviendas de Las Talitas. Denunció que en la zona, los jóvenes normalmente se amanecen bebiendo y drogándose en los kioscos y que ningún control les impide a esos comercios vender las bebidas a cualquier tipo de persona y en todo horario.
A su vez, también remarcó que en las farmacias se expenden indiscriminadamente y sin prescripción médica, pastillas que luego son consumidas por los menores y mezcladas con alcohol.
Relató que, en su caso, puede controlar a su hijo mientras éste no tiene trabajo, ya que cuando consigue algún tipo de “changuita”, llega el fin de semana y gasta todo lo que ganó en drogas y en alcohol.
Por otro lado, rescató que su hijo, en muchas oportunidades le comunicó su intención de abandonar las drogas y que siempre se quejó de que no existe en el barrio una institución deportiva, ni predios adecuados para jugar al fútbol. Recordó que su hijo le dijo que el gobierno debería instalar y mantener canchas y organizar campeonatos. “Así cómo quieren que nos curemos si no hay dónde hacer nada”, concluyó el joven en aquella oportunidad.
Finalmente, la manifestante elevó un reclamo al gobernador, llamándole la atención debido a sus declaraciones. “A nadie le gusta que le digan que su hijo es irrecuperable. Por el contrario, necesitamos su ayuda”, sostuvo.
Juan Villarrubia
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