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AMPLIAREl Malevo acaba con su vida

El "Malevo" Ferreyra se suicidió para no quedar detenido por crímenes de lesa humanidad

El ex comisario se mató de un disparo en la cabeza, ante las cámaras de CrónicaTV, cuando un grupo de gendarmes llegó a su casa para apresarlo cumpliendo una orden del juez federal, Daniel Bejas. El magistrado pretendía interrogarlo en el marco de la megacausa por violaciones a los derechos humanos ocurridas en el centro clandestino de detención ex Arsenal Miguel de Azcuénaga.

Pese a que fue llevado en un vehículo de Gendarmería al Centro de Salud, cuando ingresó al centro médico ya estaba muerto.

En un episodio sin precedentes, el ex comisario Mario Alberto Ferreyra, más conocido como “El Malevo” Ferreyra, se suicidó ayer pasadas las 15  ante las cámaras a Crónica TV.  El ex comisario se pegó un tiró en la cabeza para evitar que lo detuviera una comisión de Gendarmería. 

Las escenas de su suicidio ante las cámaras conmocionó al país, luego que fueran exhibidas en reiteradas oportunidades por el canal porteño. Las escenas también incluyeron el momento en que se desangraba y era bajado desde el tanque de agua de su casa con una piola ante la desesperación de sus familiares. El  hecho que impactó al país por la crudeza de las imágenes.

Tras una extensa entrevista que le realizaba la periodista de Crónica, Ferreyra fue llevando la entrevista hacia el desenlace que finalmente se produjo.

Un enfermero de Gendarmería subió al tanque ante el pedido de los familiares de Ferreyra  pero no pudo hacer nada para salvarlo, mientras la familia lloraba desconsolada e insultaba a los efectivos que rodeaban la finca del ex comisario.

Los efectivos de la Gendarmería Nacional fueron a detenerlo en el marco de una causa en la que se lo investigaba por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar.

La Jefatura de Policía de Tucumán informó oficialmente que Ferreyra se resistió a ser llevado preso cuando los gendarmes llegaron a su casa, se subió a un tanque de agua y luego se efectuó un disparo.

Pese a que el ex comisario fue llevado al Centro de Salud, cuando ingresó al centro médico ya estaba muerto.

Dos años antes, en diálogo con la prensa, Ferreyra había anticipado que no iba a entregarse bajo ninguna circunstancia. “No me voy a entregar, y si intentan capturarme, puede pasar cualquier cosa”, dijo.

El ex comisario, conocido por su particular sombrero y camisa negra, era buscado con orden de captura nacional e internacional en el marco de la megacausa por violaciones a los derechos humanos, por su participación durante la represión ilegal en los ’70 en el centro clandestino de detención ex Arsenal Miguel de Azcuénaga.

Por otra parte, en 1993 fue condenado a cadena perpetua por el fusilamiento de Hugo José Vera, José Adolfo Menéndez y Ricardo Alberto Andrada, ocurrido dos años antes en un confuso episodio en el paraje tucumano conocido como Laguna de Robles. Allí, el ex comisario simuló un enfrentamiento tras arrestar a los tres hombres ilegalmente, mantenerlos escondidos durante un día y balearlos en plena noche.

Sin embargo, tras dictarse la sentencia, el “Malevo” huyó de Tribunales granada en mano y se mantuvo prófugo varios años, hasta que finalmente se entregó. Entonces, una reducción de la pena que llegó de la mano de Antonio Bussi, le permitió salir en libertad.

Así se mantuvo durante años, hasta que la denuncia de una vecina por una supuesta agresión y su ausencia en Tribunales cuando se lo citó a declarar derivó en que el fiscal lo fuera a buscar a su casa y encontrara un arsenal compuesto por armas y municiones.

Después llegó la orden de captura nacional e internacional en la megacausa.

“Soy católico y pongo la mano derecha en la Biblia. Juro que no tuve nada que ver con el hecho”, había asegurado a la prensa tucumana en los últimos días. “Seguramente Dios me va a acompañar. Soy íntegro y no tengo ninguna responsabilidad en el hecho y mi familia tiene instrucciones de como probar que soy inocente”, concluyó.

EIM