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AMPLIARUn retrato de la naturaleza de Entre Ríos

Los versos de Juan L. Ortiz convertidos en imágenes

Así se resume “La orilla que se abisma”, de Gustavo Fontan. La película se está proyectando en el Festival Tucumán Cine 2008. Basada en la obra homónima de Juan L. Ortiz. Sus poemas se materializan en imágenes y sonidos naturales. Gran calidad fotográfica. No apta para público masivo.

Opinión: demasiado intelectual.

Ficha Técnica
(Argentina/2005-2008). Dirección: Gustavo Fontán. Montaje: M. Bocchicchio, G. Schiaffino. Fotografía: Luis Cámara. Sonido: Abel Tortorelli. Hablada en castellano. Presentada por Primer Plano. Duración: 64 minutos. Para todo público.

No es otra la sensación que deja La orilla que se abisma. Un film que refleja la obra homónima de Juan L. Ortiz. Escritor entrerriano no tan conocido por la media. La película fue rodada en la inmensidad de Entre Ríos.

La intención de Gustavo Fontan fue convertir los versos en imágenes, cosa que logró a la perfección. Los únicos que no quedarán tan encantados serán la mayoría de los espectadores que seguramente nunca leyeron al poeta. Por lo tanto no sorprenderá que varios se levanten de la butaca en medio de la función. O, en su defecto, se duerman.

A pesar de lo antes comentado, estéticamente el rodaje, impecable. Las imágenes son tan poéticas como las palabras que le dieron origen. Árboles, naturaleza, un río de ensueño. Un gato blanco. Primeros planos del agua. Infinitas tonalidades verdes. Azules locuaces. Cuadros realmente superlativos.

De esta manera la fotografía se asemeja a cuadros con ciertos toques impresionistas o en otras oportunidades, surrealistas. No faltan cuadros totalmente desenfocados que generan la estética anhelada por Fontan.

El sonido es otro de los factores elegantemente trabajados. Siempre es la naturaleza quien los produce. Suena el agua, los pájaros, alguna pisada, animales. Todo esto conjugado con la fotografía suscitan una poesía que seguramente hubiera gratificado a Juan L. Ortíz. Colosal homenaje. Una verdadera oda a la imagen. Por eso el fotógrafo Luis Cámara, se merece la ovación.

Sin embargo por ser un film únicamente apreciable por unos cuantos, no merece la mejor opinión. Solo entendible en un círculo cerrado de intelectuales que conozcan la obra de este interesante poeta.

Sebastián Ganzburg