Desde finales del 2004, los analistas internacionales, desarrollan hipótesis de conflicto sobre la región de Eurasia, con el aditivo de considerar al petróleo y al gas natural licuado, los elementos causantes de una nueva guerra fría entre EE.UU. y Rusia. Escribe Marcelo E. Torres.
Argentina tendrá que evaluar la posibilidad de recuperar el dominio sobre los recursos petrolíferos y analizar la conveniencia de implementar reservas en alguna moneda diferente al dólar.
Repasando hechos:
Llevan más de una década los esfuerzos de EE.UU. por dominar las decisiones de Turquía y Azerbaiján, con el fin de dirigir las exportaciones de petróleo del Caspio; todo dejando a Rusia al margen. Igualmente estuvo aumentando la presencia militar en las ex integrantes de la República Soviética, con el pretexto de proteger la ruta del futuro oleoducto. Existe la estructura de un oleoducto ucraniano, destinado a llevar el hidrocarburo del Caspio hasta Odessa y desde allí, hasta Brody, para ser trasladado hasta Polonia y otros destinos centroeuropeos. Este dominio del transporte del crudo, es posible gracias al triunfo del candidato Víktor Yuschenko, victoria conseguida con el aporte financiero de todo un grupo occidental llamado NED, el cual posee íntimas relaciones con el Estado norteamericano.
La respuesta de Putin, no se hizo esperar y desarrolló conjuntamente con las empresas rusas e iraníes, una ruta más barata, lucrativa y corta desde el Caspio hasta Irán.En todo ese juego de políticas de oleoductos, no podemos dejar de lado a China. Un gigante que pasó de ser exportador a ser consumidor, debido a su constante aumento de sus niveles de producción industrial.
Existe un acuerdo firmado entre China e Irán por gas y petróleo. Este negocio alcanza la suma de 200000 millones de dólares, fue catalogado por los operadores comerciales, como el acuerdo del siglo. El traslado de gas, requiere de barcos especiales, inversión que ya fue iniciada por Irán. De parte de China, el compromiso incluye la participación de la compañía estatal china de petróleo en proyectos tales como la exploración y perforación, industrias petroquímicas y de gas, oleoductos y gasoductos, servicios y demás.
Si nos atrevemos a relacionar los datos anteriores, nos daremos cuenta con facilidad de la importancia que tiene la República Islámica de Irán, en los pensadores de las políticas exteriores de Rusia y China. Para sumar condimentos, habría que decir que los funcionarios iraníes, consideran a los acuerdos con China y Rusia, una muestra de la posibilidad y seguridad que tiene el hacer negocios con Irán, todo destinado a atraer inversiones europeas.La actualidad
La respuesta dura de Putin, al anuncio de Bush, de instalar misiles en Polonia, para controlar a Irán, es entendible, desde la óptica de la preservación del dominio sobre su antigua zona de influencia. Es más que inteligente la contraproposición de compartir las bases de radares en el Cáucaso; aún cuando EE.UU. no acepte esta posibilidad, el tiempo ganado por Rusia e Irán, son importantes, para dejar desnudado a Bush, ante la comunidad internacional.
Mientras tanto Rusia amenaza con cambiar su comercio de petróleo desde las transacciones en dólares, por euros. De producirse esto, temblaría el sistema monetario mundial. Los países de la OPEP, disminuyeron un 20% sus operaciones en dólares, desde 2001 y aumentaron un 13% las transacciones en euros, durante el mismo periodo. Washington, se estima, no soportará una nueva disminución semejante.
Tenemos que entender el porqué de un resurgimiento, en EE.UU., de un discurso que asegura que la suma de 500000 millones de dólares, destinados anualmente para la defensa, no son suficientes para asegurar la “seguridad nacional” y el “flujo estable de los recursos petrolíferos.
Una alianza energética Rusia-China-Irán, puede convertirse en un polo de poder tan grande que competiría de igual a igual con EE.UU., de allí la necesidad de Bush de calificar a Irán como un demonio armado, loco y peligroso y mantener una amenaza constante sobre la zona del Golfo Pérsico. El problema es que en la personalidad del Presidente norteamericano, dominan instintos primitivos, los cuales dejan al diálogo y al razocinio sin posibilidades .Desde Argentina tendremos que evaluar muy bien la posibilidad de recuperar el dominio sobre los recursos petrolíferos y analizar la conveniencia de implementar reservas en alguna moneda diferente al dólar; aparte de no creer otra vez que estamos llamados a participar directamente de conflictos ajenos.
Marcelo E. Torres, especial para TucumánHoy.com
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff