El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se preparó ayer lunes para una visita a Rusia, a pesar de las recientes advertencias sobre la posibilidad de que el país invada pronto a Ucrania, lo que frustra a quienes le han sugerido que cancele el viaje, incluye el gobierno de Estados Unidos y miembros de su propio gabinete.
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El viaje fue programado mucho antes de que surgiera la crisis con Ucrania, y el interés de Bolsonaro se centra en el comercio bilateral. Rusia es una fuente clave de fertilizantes para esta potencia agrícola de Sudamérica.
Sin embargo, incluso algunos de sus aliados temen que Bolsonaro pueda hacer comentarios perjudiciales sobre la crisis o que su presencia pueda interpretarse como un apoyo tácito a una invasión rusa a su vecino.
Dos altos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil dijeron a The Associated Press que han recibido mensajes de funcionarios estadounidenses que afirman que el momento del viaje es inoportuno e indica indiferencia por parte de Brasil ante las amenazas de invasión.
Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato por falta de autorización para hacerlo públicamente.
Por su parte, un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos emitió un comunicado el lunes en el que pareció aceptar que la reunión seguiría adelante: “Como líderes democráticos, Estados Unidos y Brasil tienen la responsabilidad de defender los principios de la democracia y el orden basado en normas. Esperamos que Brasil aproveche esta oportunidad para reforzar este mensaje en sus conversaciones en Moscú.”
Por lo menos dos ministros del gabinete de Bolsonaro declararon en privado que durante la última semana han tratado de convencerlo de que cancela el viaje. Ambos hablaron bajo condición de anonimato por miedo a represalias.
Aseguraron que Bolsonaro se mostró reacio a retrasar la visita que estaba programada desde diciembre, tras una invitación del presidente de Rusia, Vladimir Putin. También dijeron que Bolsonaro ve beneficios potenciales para una posible candidatura a la reelección porque puede mostrar proximidad a otros líderes conservadores en el extranjero. Después de Rusia, Bolsonaro visitará Hungría y se reunirá con el primer ministro, Viktor Orban.
El lunes, Bolsonaro justificó el viaje ante sus posibilidades afuera del palacio presidencial.
“Tenemos negocios con ellos, comercio. En gran parte nuestra agroindustria depende de los fertilizantes. Tenemos asuntos que discutir sobre defensa, energía, muchas cosas que tratar. Brasil es una nación soberana”, dijo.
Está previsto que llegue el martes a Moscú. Se han programado al menos dos reuniones con Putin.
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