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AMPLIARUn tubo, fotografiado en las obras del gasoducto Nord Stream 2 en Lubmin, en el noreste de Alemania

Por qué la dependencia de Alemania del gas ruso preocupa a sus aliados

Con Ucrania bajo la amenaza de un ataque ruso, Alemania despierta inquietud entre sus aliados. Se sospecha que Berlín se muestra indulgente con el Kremlin para preservar sus suministros de gas ruso.

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Mientras el presidente francés Emmanuel Macron se reunía en Moscú el lunes por la noche para convencer al presidente Putin para poner paños fríos en la crisis ucraniana, el canciller alemán Olaf Scholz estaba en Washington para hacer promesas al jefe de la Casa Blanca. Desde el comienzo de la crisis ucraniana, Berlín ha cultivado la ambigüedad y ha jugado con los nervios de sus aliados: apoyando firmemente las posibles sanciones contra el Kremlin mientras aseguraba que sus propias importaciones de hidrocarburos rusos no se verían afectadas. En la noche del lunes, el canciller se mantuvo impreciso, evitando cuidadosamente mencionar el destino del gasoducto Nordstream 2, mientras que Joe Biden prometió ponerle fin en caso de agresión rusa. 

¿Cómo se convirtió Rusia en un proveedor clave de energía para Alemania?

Alemania es uno de los últimos de Europa que aún utiliza carbón, importa la mitad de su coque de Rusia. Y sobre todo el 34% de su petróleo y un tercio de su gas. Rusia es el principal proveedor de este hidrocarburo, que desempeña un papel decisivo en la vida cotidiana de los alemanes. La mitad de los hogares se calientan con gas, una materia prima que también es indispensable en la industria. Rusia se ha convertido en un socio clave para Alemania gracias a una larga relación consolidada por los sucesivos gobiernos. Otros países europeos han seguido el mismo camino, pero después han diversificado sus suministros, como es el caso de Francia. Al otro lado del Rin, se sigue hablando de la "diplomacia del gasoducto". Al crear interdependencia, la tubería sería una garantía de paz. Y también es un buen negocio, ya que el gas ruso es barato con precios garantizados en contratos opacos a largo plazo. A finales de los años 90, Gerhard Schröder, el canciller socialdemócrata, amplió esta asociación lanzando una nueva tubería, Nordstream 1, el gasoducto submarino. Le seguirá Nordstream 2, su gemelo, que por fin está terminado pero que aún espera la luz verde de las autoridades reguladoras antes de entrar en servicio. 

Tras su carrera política, el ex canciller socialdemócrata fue ascendido a director en la industria energética rusa. Entró en el consejo de Rosneft, petrolera rusa, y en el consorcio Nordstream 2, y ahora está en Gazprom, el campeón ruso del gas, donde se convertirá en director en octubre. Una gran piedra en el zapato de Olaf Scholz. Este nombramiento pone de manifiesto los excesos de esta diplomacia del gasoducto. Hasta ahora, todos los expertos han alabado esta relación comercial estable en la que cada uno tiene obligaciones con el otro. Alrededor del 70% de las exportaciones de Gazprom a través de las tuberías van a Europa. Pero desde hace algunas semanas el proveedor ruso limita sus entregas al mínimo estricto estipulado en el contrato. Alemania es consciente de que la relación de confianza es relativa. 

¿Puede Alemania cambiar de proveedor?

Es perfectamente libre de hacerlo, pero no ocurrirá de la noche a la mañana, tardará años, el tiempo necesario para construir la infraestructura necesaria para diversificar su suministro. Con puertos dedicados al GNL, gas natural licuado, por ejemplo, para importarlo de Qatar o Estados Unidos. Se trata de inversiones colosales y elecciones que comprometerán al país durante al menos treinta años, mientras la ecuación energética se complica para Berlín. La coalición que acaba de llegar al poder debe conciliar su programa medioambiental, el fin de las energías que emiten CO2, con los imperativos sociales. Debe limitar las subidas de precios, pues los alemanes ya pagan la electricidad más cara de Europa. Sin sacrificar, por supuesto, su seguridad. 

Por Dominique Baillard

Radio Francia Internacional