26/08/2008 - Situación en General

Tv: humor y educación, la pareja preferida por los niños

El humor es la principal herramienta que los programas de televisión tienen para educar a los chicos, destacaron hoy especialistas de Inglaterra, Francia y Estados Unidos, para quienes brindar productos de calidad pasa por ofrecer una "alternativa creativa" a lo que impone el mercado.

 

Paul Moore (Reino Unido), Linda Simensky (EEUU) y AgnŠs Vincent Deray (Francia), disertantes de la primera jornada sobre "¿Qué televisión de calidad queremos para chicos y jóvenes?", expusieron sobre las necesidades del espectador infantil y acerca de cómo se lo debe proteger, educar e incentivar desde la TV.

Simensky, tras un recorrido por la breve historia de la televisión infantil y específicamente de la animación, fue muy crítica con lo hecho en el pasado, cuando "se subestimó a los niños o se los impulsaba a comprar juguetes" a través de programas y advirtió por los peligros de seguir la lógica del "mercado" en el presente.

Señaló que hubo "un cambio en los `90", cuando se empezó a trabajar con "personajes más complejos, una estética más atractiva y buenas historias" y sobre todo se hizo un gran hincapié en el humor: "el humor y la educación no son cosas ajenas. El humor es una parte crucial de la educación", destacó.

La productora sostuvo que a la TV sólo le cabe "modelar la curiosidad" del chico y destacó las cualidades indispensables de un programa infantil: "sensibilidad, buen timing, personajes femeninos y masculinos con los que los chicos se puedan identificar, un buen presupuesto económico y una innovación" artística y tecnológica.

Moore coincidió en la necesidad de que todo show brinde "entretenimiento", aunque insistió además en que se debe tener una "estructura muy bien organizada" para lograrlo sin exponer al niño a contenidos inadecuados.

Para lograrlo aseguró que se debe "reconocer la complejidad del mercado" y concentrarse en apelar a la "pluralidad, el equilibrio y la decencia", para lo cual es imprescindible "el contacto entre productores y el Estado".

Su colega francesa, Vincent Deray, apeló a la legislación vigente en su país, que obliga a los canales a brindar contenidos de calidad pero también a garantizar "la protección de la infancia" y otorgar una oferta cuantitativa amplia en horarios definidos, antes o después de la jornada escolar.

Remarcó que "la animación no es el único género" disponible -en lo que se diferenció de Simensky, quien admitió que es en el que más confía- y reclamó una mayor "producción nacional" en lugar de importar la mayoría de los programas de "Estados Unidos y Japón", algo que consideró aconsejable a todos los países. 

La jornada estuvo acompañada de videos con muestras de algunos de los programas que consideran ejemplares: una superheroína que enseña a sus enemigos a hablar correctamente; una perra que tras comer una sopa de letras fue dotada de elocuencia o musicales animados con tecnología de punta sobre científicos menores de 5 años. (Télam)