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25/08/2008 - En General

Catamarca: Necesidades básicas en el Bolsón de Pipanaco

La Fiesta de la Batea es un pretexto para hacer conocer un rincón de la provincia, donde unas 350 personas subsisten de la cría de cabras y cerdos y la venta de utensillo de madera. Para las escuelas rurales, la ayuda no es suficiente. Infocivica.org.ar

Hasta ahora, en el pueblo, tanto para humanos como animales, el agua se obtiene de pozos que pueden llegar hasta los 15 metros de profundidad.

La Fiesta de la Batea, que se realizó el fin de semana del 15 de agosto, no es una fiesta folclórica más. Es un pretexto para volver visibles a las escuelas rurales del Bolsón de Pipanaco, un paraíso olvidado al oeste de la provincia de Catamarca. Igual, pese a lo que pueda conseguirse por la ayuda solidaria de quienes llegan a este rincón del mapa atravesando caminos y huellas en 4x4 y autos resistentes, las carencias siempre son más grandes.

El Bolsón de Pipanaco, en el departamento Pomán, al oeste de la provincia, está habitado por 350 personas dispersas en “puestos”. “Cada puesto es una casa y el grupo de puestos conforma un paraje aislado –cuenta Martín Zelaya, periodista oriundo de Pomán y motor desde 2001 de la iniciativa solidaria- La gente se autobastece con lo mínimo. Se dedica a la cría de ganado ovino, porcino, caprino y subsisten de eso”. A esto, le suman pocos ingresos por la venta de utensilios rústicos de madera, como las bateas (fuentes) para asados, que dan nombre a la celebración.

La fiesta se realiza en el Paraje Tucumanao, a 36 km. de Sajuli (la población más cercana). Es la única organizada en lugares inhóspitos de la provincia con el objetivo de rescatar del olvido a las poblaciones del Bolsón y realizar aportes a tres escuelas rurales de la zona: Maderera San Antonio y su anexo Guanaco Yaco, la de Sapicruz y Tucumanao.

Recorrer en moto 40 kilómetros de distancia tiene, en los centros urbanos, algo de canchero. Pero si a esos 40 kilómetros se los recorre por un camino más parecido a una senda de tierra con la consistencia del talco, el viaje demanda convicciones extremas. Las que tiene Marcos Reinoso. Maestro de la escuela rural N°73 de  Tucumanao, desanda la huella que lo lleva hasta la escuela donde 17 chicos cursan alguno de los tres ciclos de EGB.

“Los docentes utilizan lo que se obtiene en la fiesta para reforzar la alimentación de los niños y adultos que van al comedor escolar y para mejoras edilicias”, apunta Zelaya. Al respecto, el maestro enfatiza que este año la prioridad es la escuela-rancho (hechas en adobe o entramados de palos enterrados revocados en adobe y con techo de ramas) de Guanaco Yaco. La construcción es prestada por un vecino para que doce chicos vayan a clase.

Alrededor de 60 alumnos del nivel EGB III concurren a los tres establecimientos. En estos lugares, la educación y la inserción escolar “se manejan de forma muy personal por cada maestro, porque se trata de mantener la matrícula y evitar la deserción antes de terminar el último ciclo”, explica Zelaya.

Son muy pocos los que pueden costearse traslados y estudios secundarios y, posteriormente, terciarios o universitarios. “Los que se quedan se suman a las actividades de campo y después se casan con gente de otros puestos. Pero, con constancia, logramos que algunos chicos sigan el Polimodal y un terciario en la ciudad más cercana”, dice por su parte Reinoso.

El aislamiento es tal que, incluso los beneficios del Programa Nacional para el Mejoramiento de la Educación Rural llegan con demoras. Por otro lado, a pesar de que la mayoría de los establecimientos cuentan con paneles fotovoltáicos para abastecer de energía, sólo la escuela de Tucumanao cuenta con una computadora y televisión satelital, gracias a donaciones.

La demanda de insumos varios es “urgente”. Desde  cocinas y heladeras a querosén (que son más útiles para mantener en la zona), alimentos no perecederos, ropa para todas las edades, computadoras para las escuelas y mobiliario básico. Y lo principal: un sistema de extracción y potabilización de agua. Hasta ahora, tanto para humanos como animales, el agua se obtiene de pozos que pueden llegar hasta los 15 metros de profundidad.

Fuente: Infocivica.org.ar


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