El ministro de Trabajo, en declaraciones al diario porteño Página 12, dio detalles del proyecto que presentó esta semana el Gobierno para desterrar los talleres textiles clandestinos y erradicar el empleo informal.
El funcionario remarcó, que más allá de las leyes, “si no hay inspección del trabajo, ninguna sirve”.
“Hoy tenemos una situación perversa de personas que trabajan bajo la
figura legal del trabajo a domicilio, pero que en realidad se
desempeñan en locales o galpones en condiciones miserables. El empleo a
domicilio está tipificado en una ley de 1941, de la prehistoria del
Derecho Laboral, antes del peronismo. Nosotros nos proponemos a ordenar
la situación”, subrayó el ministro.
En declaraciones al diario
Página 12, Tomada explicó que con este proyecto se acaba con la figura
del “tallerista”, con lo que son las grandes marcas las que “quedan
como responsables finales de lo que ocurra en los talleres”.
“A
partir de la ley que proponemos, el tallerista se tiene que convertir
en una empresa, en una Pyme, y contratar personal que queda encuadrado
en la protección de la Ley de Contrato de Trabajo. Esta Pyme pasa a
tener con las marcas que la contraten una relación comercial”, detalló
el ministro.
Tomada reconoció que aún persiste un déficit de
control por parte del Gobierno y remarcó que, pese a los avances
logrados en la actual gestión, siempre se sentirá “insatisfecho”.
“Siempre
nos vamos a sentir en déficit. Lo que pasa es que arrancamos con 20
inspectores y ahora tenemos 400. Antes no se inspeccionaba ningún
taller y nosotros ya inspeccionamos 6.500 y detectamos 2.300 empresas
en infracción. Pero yo siempre me voy a sentir insatisfecho. Ahora,
para mí es una satisfacción haber puesto un quiebre en la destrucción
de la inspección del trabajo, que prácticamente había desaparecido”,
manifestó.
El titular de la cartera de Trabajo se refirió
también a las complicaciones con las que se enfrenta el Estado a la
hora de erradicar el trabajo en negro y afirmó que “el (nivel)
histórico en la Argentina es del 25 por ciento, y estamos en 37.
“La
existencia del trabajo en negro es un obstáculo para mejorar la
distribución del ingreso, porque las políticas activas que aplicamos no
llegan a esa gente”, dijo el funcionario.
Al respecto, Tomada detalló cuáles son los recursos con los que cuenta el Gobierno para combatir el empleo informal.
“Es
un conjunto de factores. El primero es que la economía crezca. El
segundo es contar con inspección del trabajo. El tercero es crear una
conciencia de no tolerancia al trabajo en negro. Y el cuarto es ir
buscando distintas soluciones a los bolsones de informalidad”,
puntualizó.
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