El Gobierno venezolano expropió la filial en Venezuela de la empresa mexicana productora de cemento Cemex. Se trata de la mayor productora del país.
El gobierno,calificó de "un enclave depredador" a la empresa y ahora apuntará, con el control total de la producción de cemento, a solucionar definitivamente el déficit de viviendas que tiene el país.
El ministro de Energía y titular de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Rafael Ramírez, dijo en un acto público llevado a cabo en la localidad Pertigalete, 300 kilómetros al sur de Caracas, que al fracasar las negociaciones para un acuerdo amistoso de compraventa, ahora se da paso a la expropiación.
El funcionario agregó, según la página web de Unión Radio, que el monto que pagará por las instalaciones será determinado después de una cuantificación de los activos a cargo de un equipo de jueces.
Ramírez destacó que la expropiación llegó después de los sesenta días que había dado de plazo el presidente Hugo Chávez al promulgar la ley que faculta la nacionalización de toda la industria cementera.
Ramírez hizo estas declaraciones tras pronunciar un discurso a los trabajadores de una de las filiales de Cemex en la citada localidad de Pertigalete, en el estado oriental de Anzoátegui.
Según la emisora caraqueña, los trabajadores de la planta contaron a viva voz los últimos diez segundos que faltaban para el vencimiento del plazo.
Ramírez informó que Chávez firmará el decreto de expropiación en las próximas horas, pero que desde ya todas las instalaciones de Cemex y de otras dos empresas pasan al control de los ahora trabajadores estatales, a quienes garantizó su estabilidad laboral.
La expropiación fue adelantada horas antes en Caracas por Ramírez y el vicepresidente venezolano, Ramón Carrizález, luego de la firma de compraventa de la mayoría de las acciones de las cementeras suiza Holcim y la francesa Lafargue por un total de 819 millones de dólares.
Al concretarse la expropiación de Cemex, y luego de la adquisición mayoritaria de Holcim y Lafarge, el Estado venezolano pasa a controlar el 98 por ciento de la industria cementera nacional.
Ahora, las autoridades venezolanas centrarán su tarea en solucionar el problema habitacional que azota al país.
En ese sentido, Hugo Chávez se había quejado reiteradamente de que los planes oficiales de construcción de viviendas se veían retrasados debido al déficit de cemento en el país.
El déficit de viviendas en Venezuela es de 1,8 millones de unidades, según datos oficiales, y el "fracaso" de las políticas oficiales en el sector es uno de los principales argumentos de la oposición para señalar la "ineficacia" del Gobierno "bolivariano".
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