El ex subcomisario Eduardo González declaró, en su domicilio de la Banda del Río Salí, que no recuerda haber firmado un acta relacionada con la detención del ex senador justicialista en 1976. Fue en el marco del juicio oral que se le sigue a Antonio Bussi y Luciano Benjamín Menéndez.
Interrogado por el vocal del Tribunal, Carlos Jiménez Montilla, el testigo no pudo corroborar si la firma estampada en el acta es suya, porque es no vidente y está postrado en una cama con diabetes.
El ex subcomisario Eduardo González, que prestó
testimonio en su domicilio de la Banda del Río Sali, por razones de salud, afirmó que no podía
recordar si en 1984 había dejado constancia sobre lo que decía el Libro de
Guardia de la Alcaidía de la Brigada de Investigaciones de la Policía respecto
de las personas detenidas el 24 de marzo de 1976.
González fue interrogado porque en un sumario concretado en 1984 por el juez de
Instrucción Militar 76, Roque Cabral, sobre lo ocurrido con Vargas Aignasse,
consta que él había firmado un acta que daba fe sobre lo que estaba registrado
en el libro de ingresos de personas a la Brigada de Investigaciones.
El testigo no pudo corroborar si la firma estampada en el acta es suya, porque
es no vidente y está postrado en una cama con diabetes, a lo que hay que sumar
que manifestó que no estaba seguro de que en 1984 haya ocupado cargos en la
División General de la fuerza, repartición a la que el juez Cabral había pedido
que deje constancia de lo que decía el libro de registros.
El secretario del Tribunal Oral en lo Criminal Federal, Mariano García Zavalía,
quien acompañó a Jimnénez Montilla, explicó a Télam que ese cuerpo "deberá
resolver si corresponde hacer lugar al pedido de las defensas de Bussi y de
Menéndez de que se lleve adelante una pericia caligráfica para determinar si la
firma que consta en el acta pertenece a González".
Además, Amalina Assaf, la defensora oficial subrogante, que representa a Bussi,
solicitó que se pida a la Policía que remita el legajo de González para saber
si en 1984 cumplía funciones en la División General de esa fuerza.
Ayer no hubo audiencia pública en el juicio, pero Carlos Jiménez Montilla, se
dirigió hasta Banda del Río Salí, para tomarle declaración a González,
acompañado por el fiscal Alfredo Terraf y por las defensas de Bussi y Menéndez.
El testimonio de González había sido solicitado por Terraf para establecer qué
sucedió con Vargas Aignasse la madrugada del 24 de marzo de 1976, horas después
de haber sido secuestrado de su casa y antes de ser alojado en la cárcel de
Villa Urquiza, de donde salió el 5 de abril, supuestamente para ser puesto en
libertad, fecha desde la que permanece desaparecido.
Las audiencias continuarán el próximo martes cuando termine la etapa de
testimonios y las partes determinarán cuáles son aquellas piezas procesales que
constan en el expediente que quieren que sean incorporadas.
En este juicio, el primero que se realiza en Tucumán por violaciones a los
derechos humanos, a los dos militares retirados se les imputa la coautoría
mediata de los delitos de violación de domicilio y violación ilegítima de la
libertad agravada, aplicación de tormentos reiterados, homicidio calificado y
asociación ilícita, en concurso real con el delito de genocidio, previsto por
el Derecho Internacional.
Isauro Martínez
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