AMPLIARPedro Aznar

03/08/2008 - Recitales

Las melodías de Pedro Aznar enmudecieron Tucumán

El viernes por la noche, en el Alberdi, con un recital de más de dos horas de duración, el excelente músico y compositor Pedro Aznar entregó su talento a un público que copó el teatro. Interpretó folclore, jazz, rock, música afro, todas con su particular estilo fusión. Músicos de enrome talento. Ovación de pie.

Presentó su última placa Quebrando.

La primera media hora estuvo marcada por temas lentos. La enorme cantidad de público que pobló el hermoso teatro acompañaba las melodías con atenta mirada y gestos de tono solmenes.

Así decidió cambiar el rumbo del espectáculo, dedicando unos temas a sus músicos admirados, como George Harrison. “La paloma blanca se hizo libertad” y Victor Jara con su alma apareció desde la maravillosa vos de Pedro.

Impactantemente el escenario se pintó de fucsia y turquesa, el bajo comenzó a cantar y “Angel” de Bon Jovi enamoraba a vari@s. Como la época del año lo pedía, llegaron las “Confesiones de invierno”, decoradas con grandiosas luces azules.

Los temas eran una fusión de estilos constantes. La batería (Semprini), junto al bajo (Aznar), sin desmerecer la increíble guitarra (Dannemann) o el excelente teclado (Beeuwsaert), subió el ritmo cuando le dijo a muchas: “si me das tu amor no quiero mas que eso” poniendose a “centímetro de vos, a centímetros de Dios”.

Llegó el momento en el que “Una abeja y una araña” conjugaron jazz, rock y la psicodelia. Mientras Facundo Guevara daba cátedras de percusión, pedían “paz las luces muertas del ayer”. Un cajón peruano se hizo presente para escuchar “María Landó”. No se dejó esperar una bossa bastante indú.

Sin duda el mejor momento de la noche llegó desde lo afro al decir que la “carne más barata del mercado es la carne negra...”. Espacio en el cual se mezclaron todos los géneros musicales conocidos.

Con dos horas de recital se despedían. Nadie se movió de su butaca. El público ovacionó de pie. Inmediatamente volvieron para brindar otros 15 minutos de melódica magia. Finalmente se sentaron al borde del escenario, los cinco con las piernas cruzadas, y dedicaron un amable blues a “la gente careta y cobarde”.

Sebastián Ganzburg
sebaganzburg@gmail.com