Durante el mes pasado, en Tucumán, la UNT organizó el X Julio Cultural. Todos los espectáculos tuvieron excelente nivel técnico y artístico. Sin embargo muchos tucumanos tuvieron que optar por uno u otra presentación, producto del alto valor de las entradas, sobre todo, en el teatro Alberdi. Se destacaron varios eventos.
Los lugares elegidos para las presentaciones fueron el MUNT, Virla y el teatro Alberdi.
En su X capítulo, el Julio Cultural, como todos los años, brindó espectáculos de lujo. Tanto el MUNT, el Virla y el Alberdi estuvieron marcados por la calidad artística y técnica. La inversión de 200 mil pesos en sonidos e iluminación del teatro de la UNT se evidenció con cada presentación.
Los sonidos de Iván Noble le pusieron pasión a la velada dominguera. Mora Godoy estuvo entre la sensualidad y la sutileza tanguera. Fresa y Chocolate y las varias presentaciones de la Sinfónica fueron los espectáculos con mayor nivel que el Teatro Alberdi ofreció. A pesar de esto, el público no acompañó en forma masiva. El motivo: el precio de las entradas, su valor: desde 20 a 70 pesos, en otras ocasiones superaron los 100. Por eso varios tucumanos debieron optar por uno u otro evento.
Los shows mas poblados, en el Alberdi, fueron el de Piñón Fijo, de apreciable nivel y República de Tucumán. En ambos el predio rebalsó.
El Virla no estuvo exento. Las presentaciones en el Centro Cultural gozaron de igual nivel. La diferencia, el valor de las localidades. Entre 12 y 15 pesos. Aunque los artistas no eran tan reconocidos, rociaron al público de un acertado talento.
En lo personal, Las melódicas voces de Cabernet maravillaron Tucumán. Al Tinta Nakuy lo sintetizamos con La historieta como un arte. Con una semana de duración, en su 8º edición, pero primera vez en el Julio Cultural, tuvo como principal atractivo el conocer los talentos locales. El grupo Cerebros que tiene publicados algunos cómics tucumanos, dan cuenta de importante calidad artística, humana y argumental.
Por su parte el MUNT, con valores de entradas tan accesibles como el Virla estuvo a la altura de las circunstancias. El trío femenino de folclore moderno Aymama y el duo Tamboorbeat, de música fusión, supieron demostrarlo
En el Virla también hubo lugar para el teatro de improvisación, nueva modalidad en las tablas nacionales. La obra Fingido de Leonel Giacometto, la titulamos ¿Actuación real o improvisación desde lo Fingido?. Mientras que el otro titular del espectáculo del mismo director lo llamamos Real: Gran actuación y un debil texto.
El acercamiento a la comunidad se dio cuando Miles de tucumanos bailaron en la fiesta de la UNT. Fue en el Palacio de los Deportes, donde se homenajeó a la Universidad Pública. La única entrada era un alimento no perecedero. Por eso 3 mil personas disfrutaron de varios géneros musicales. Gran sonido y mejor puesta.
Hubiera sido interesante que todos los espectáculos gozaran de masividad como de popularidad. El Alberdi sobre todo elitizó a la concurrencia con sus excesivas entradas. Es indudable que los artistas fueron de incuestionable nivel. Eso no debería ser impedimento para que alguna vez hagamos que la cultura pueda disfrutarse de manera mucho más popular.
Como contrapartida la Carpa Cultural que viajó por todo el interior acercó el evento a la gente. Como así también, los talleres gratuitos que se dictaron en las plazas.
Sebastián Ganzburg
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