La Cumbre del MERCOSUR tuvo un tono más político que económico, al reflejar inquietud por los problemas de sus gobiernos, expresar protestas contra la Unión Europea y preocupación por los planes navales de los Estados Unidos de América para la región, dijo un cable analítico de la agencia francesa France Presse (AFP).
La reunión, realizada el martes de la semana pasada en San Miguel del Tucumán, Argentina, fue marcada por problemas políticos que sacuden a la Argentina y Bolivia y no faltaron menciones a supuestos intentos para desestabilizar a esos gobiernos.
El presidente venezolano Hugo Chávez habló de “planes” para derribar al gobierno boliviano de Evo Morales, quien está enfrentado a varias provincias de su país que impulsan su autonomía. La presidenta argentina Cristina Elisabet Fernández recordó, a su vez, que el presidente socialista chileno Salvador Allende fue derrocado en 1973 en un golpe de Estado precedido “por un período de desestabilización, causado por la falta de alimentos”.
Fernández, de hecho, pareció aludir al sector rural argentino que en los últimos tres meses suspendió la comercialización de sus cosechas en cuatro oportunidades en protesta contra aumentos de impuestos a las exportaciones. Esa pelea con el agro provocó desabastecimiento, recordó AFP.
El presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que tanto su gobierno como los de Chile, Venezuela y el Paraguay atravesaron sacudones que atribuyó a opositores que quieren “poner nerviosos” a mandatarios electos democráticamente. “No perdamos la paciencia”, dijo Lula. “Precisamos estar juntos para garantizar que la democracia nunca deje de existir, para que no vivamos los años duros de las décadas de los 60 y 70” , añadió.
El MERCOSUR fue también monolítico para condenar por xenófoba una reciente norma europea que castigará hasta con cárcel a los inmigrantes indocumentados, afirmó AFP en su cable. En una declaración, la Cumbre rechazó esa política europea y pidió a los países desarrollados facilitar el comercio a fin de evitar “la pobreza estructural” que empuja a la emigración.
La reunión reflejó también inquietud por la decisión de los Estados Unidos de América de reactivar su Cuarta Flota Naval, que estaba desactivada desde 1950 y volverá a movilizarse por América Latina y el Caribe. Para Chávez esa “flota es una amenaza” para un continente que está en paz. Lula, a su vez, batió también en la misma tecla y dijo que le pedirá explicaciones al gobierno del presidente George Walker Bush.
Lula no ocultó su preocupación por el descubrimiento de gigantescos yacimientos de crudo en aguas oceánicas brasileras. “Ahora que descubrimos petróleo a 300 kilómetros de nuestras costas queremos que Estados Unidos nos explique cuál es la lógica de esa flota en una región pacífica como ésta”, añadió el mandatario brasilero.
Las coincidencias se agotaron en lo político y quedaron nuevamente postergados asuntos comerciales que hacen al funcionamiento del MERCOSUR; una unión aduanera imperfecta formada por la Argentina, el Brasil, el Paraguay y el Uruguay.
La AFP dijo que el bloque sigue sin resolver distorsiones en el cobro de la tarifa externa común, que hace que productos importados de terceros países vuevan a pagar esa tasa cuando pasan de un país miembro del MERCOSUR a otro de los socios. Para eliminar esas distorsiones, el MERCOSUR intenta acordar un código aduanero pero, según fuentes diplomáticas, el proyecto está parado porque la Argentina no encuentra apoyo para defender la aplicación de impuestos a las exportaciones, expresó AFP.
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