El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva recibió la primera visita de un grupo de políticos desde que ingresó a la Superintendencia de la Policía en Curitiba para cumplir una condena sin pruebas.
Detalles.
Una delegación de senadores FUE recibida por Lula da Silva que ayer cumplió su décimo día en la sede policial ubicada en un barrio del norte de Curitiba.
La juez federal Carolina Lebbos autorizó ayer el ingreso de los parlamentarios pertenecientes a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara alta.
La semana pasada Lebbos había prohibido que nueve gobernadores ingresaran al presidio para dialogar con el líder del Partido de los Trabajadores (PT).
El juez Sergio Moro, responsable de la causa Lava Jato, determinó que Lula no puede recibir ningún tipo de "privilegios" y tiene que ajustarse a las normas aplicadas a todos los internos.
"Nuestra preocupación no está relacionada a las instalaciones (de la Superintendencia) sino con el aislamiento" del expresidente, declaró el senador Lindbergh Farias, titular del bloque del PT.
"Queremos regularizar, organizar el sistema de visitas, estamos preocupados con su salud porque su aislamiento es grande", añadió el senador petista.
Lula da Silva envió ayer su primera carta pública desde que llegó a Curitiba.
"Yo los escuché a ustedes cantando, estoy muy agradecido por la resistencia y la presencia de ustedes en este acto de solidaridad", dice la misiva dirigida a los activistas que realizan una vigilia frente al reclusorio.
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